Artes para el despertar

De la fascinación por lo real al miedo hacia uno mismo: esculturas hiperrealistas

Richard Stipl, maestro del hiperrealismo
Richard Stipl, maestro del hiperrealismo
Los museos del mundo han abierto sus puertas a turbadoras obras de arte, réplicas humanas tan exactas a nosotros que nos preguntamos si pueden sentir dolor o si se ríen a escondidas durante la noche.
Poder urgar sin vergüenza en los detalles de un cuerpo desnudo, mirarse a uno mismo discretamente y verificar que compartimos nuestra piel con la de una escultura; sentirnos de momentos replicados, con todos los detalles de nuestro cuerpo puestos en evidencia. Un cuerpo ajeno tan igual al nuestro, hermano. El clon que reúne a la humanidad completa. ¿Nuestra condición humana que tanto nos pertenece? ¿Qué es finalmente lo que nos hace humanos? ¿Será que han destazado a otros humanos, les han arrancado piel, cabellos, uñas, para hacer sus obras? nos preguntamos aterrados.
Irremediablemente provoca tocarlos, abrazarlos, hacerlos nuestros. Ponemos los dedos bajo sus narices para confirmar que sí respiran. Esos cuerpos humanos, hiperrrealistas, no están vivos pero lo parecen, hechos en fibra de vidrio, resina, cera o silicona, entraron a los museos para quedarse. Los visitantes aumentan día con día y se hacen todos la misma pregunta: ¿Qué hacer frente a tanto exceso de realismo?
Heredero de una tradición hiperrealista expandida mundialmente por el australiano Ron Mueck, los norteamericanos Duane Hanson y Jhon de Andrea y el sudaricano Evan Penny, Richard Stipl posee un talento técnico excepcional. La reproducción del cuerpo humano en sus esculturas resulta a momentos intimidante y pasmoso. Stipl nació en 1968, creció y se educó en su natal Checoslovaquia, ahora vive y trabaja entre Canadá y su país. De familia dedicaba a la restauración de arte y a las antigüedades, se graduó con  honores en el Ontario College of Art de Toronto en 1992, y fue galardonado en el mismo año con el Canada’s prestigious Governor General’s Award. Sus obras han sido exhibidas en Toronto, Montreal, Nueva York, Miami, Berlín, Los Angeles, Madrid, Stuttgart, la República Checa y en la Ciudad de México, y están incluídas en importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Tras una breve etapa como pintor se dedicó a crear estas aterradoras esculturas humanas en cera a un cuarto de la escala natural que han capturado la atención de los medios de comunicación y de los críticos de arte.
Este creador busca el perfeccionamiento del cuerpo a través de su recreación infinita, obsesiva y casi sádica, con cada obra estimula su renacimiento. Se usa a sí mismo como modelo, mira su imagen a través de un espejo y no utiliza registros fotográficos. De marcado carácter intimista, sus piezas desnudas, rapadas, lampiñas, grotescas, hiperrealistas de alguna manera tienen vida, se mueven. En las exposiciones se ofrecen voluntariamente al escrutinio del público que se descubre mimetizándose con las réplicas en cera del mismo Stipl, siguiendo la sugestión de sus comportamientos agónicos, tratando de imitar caras, formas, posiciones y sintiendo lo que trasmiten: repulsión, asco, horror, ternura, agitación, miedo y hasta lástima.
Su última obra Bloc Sabbath tiene una fuerza narcicista que golpea cuando la miras. Resume la desesperación con la que deseamos diferenciarnos de aquellos humanos que hacen cosas que nosotros nunca haríamos. Evoca la violencia, al humano vejado y sometido por el mismo humano. Se centra en nuestra naturaleza indefinida, en los estados transitorios y en el acto paradójico de crearse a uno mismo durante la vida, con cada instante. Invita también a reconsiderar tanto el papel de las fronteras artificiales como las categorías de elección que definen las actitudes y los enfoques contemporáneos sobre la creación y el consumo del arte.
Investiga en su obra Breath, You Fucker las relaciones confusas entre las élites y las sociedades ocultas. Las marcas antiguas que ha dejado la sociedad en cada humano salen a la superficie, expuestas sobre la piel de sus representaciones humanas haciéndolas permanentes. Deja al descubierto la alianza que tenemos con lo caduco, lo obsoleto de los sistemas y la manera en que se legimitan a través de rituales ocultos más íntimos. Su forzada visibilidad extrae esas marcas bruscamente del inconsciente colectivo e individual para someterlas al escrutinio y al enjuiciamiento público.  
A través de su estilo mordaz, Stipl documenta en Secret Weapon la tendencia mundial y paranoica de la crítica política, los rostros en cera alternan expresiones de alegría y sufrimiento representando aspectos de nuestras identidades polivalentes, dialécticas y dependientes de fuerzas que están en constante oposición. El autor llama la atención sobre la fragmentación dolorosa de la sociedad contemporánea y expone la constante guerra y la convergencia de las fuerzas identitarias desde lo interno de cada individuo.
Escultura hiperrealista
Las figuras hiperrealistas del norteamericano Duane Hanson (1925-1996) representan el cotidiano vivir, las insatisfacciones y las soledades de la clase media de su país. Sus personajes realizan labores del mundo real, situaciones de la vida: una mujer que lee un periódico sentada en su silla, un hombre que observa pájaros con su largavistas, otra que limpia su casa, un fotógrafo o un guarda de seguridad, unos jugando al fútbol o turistas con sus bolsas de compras. Hanson fue un impresionante observador de la vida social y la documentó tal cual como la observaba, personas humanas y comunes con sus gorduras, calvicies y marcas de la edad. Trabajó en una escala que simula el tamaño real de las personas y con resina de poliéster y fibra de vidrio. Hanson influenció a la mayoría de los escultores hiperrealistas que vinieron después de él, Jhon de Andrea (1941), Ron Mueck (1958) y al mismo Stipl.
Ron Mueck (1958), por su parte, australiano de nacimiento, proviene de una familia dedicada a la fabricación de muñecos, posteriormente se dedicó veinte años a la industria de los efectos especiales en el cine antes de empezar su carrera artística. Sus piezas con escalas alteradas y exageradas del cuerpo humano son apacibles, tiernas en su realismo, a diferencia de Stipl que ha trabajado hasta ahora sólo en pequeños formatos y sus personajes parecen fugitivos de una fantástica historia de terror. Aunque Mueck se detiene a repensar la maternidad, el embarazo o la muerte, sus figuras trasmiten ternura, tranquilidad. Hasta su obra más famosa Dead Man, de apenas un metro, que representa a su padre recién muerto, desnudo, con rigidez cadavérica, sexo flácido y cabellos humanos del mismo Mueck finalmente parece entregarse al descanso anhelado que la muerte brinda. No hay dolor en sus figuras ni maldad ni nada grotesco, sino la figuración de la realidad deseada y perfecta. Stipl, al contrario, muestra el otro lado de lo humano, lo no políticamente correcto que puede hacerse con los mismos cuerpos inmortalizados por Mueck, esos mismos cuerpos que pudiendo dar vida eligen infringir dolor o torturar a otro ser humano.
A Hanson y Mueck les interesa la credibilidad de lo representado, que el público se sienta identificado de alguna manera con lo que ve, retratado en su realidad como lo harían las fotografías, mientras que Stipl conecta al espectador a través del horror, de lo trágico, de sus representaciones que lindan con lo animal y la violencia. La conexión que se estalece con las obras de Stipl es visceral, primaria, cercana al asco o a la repulsión, o al menos producto de una primera impresión chocante. Son reales e íntimas pero al mismo tiempo quisieras que se alejaran y fueran distantes.
En ningún caso las obras de Stipl pasarán inadvertidas para ti, ya no podrás librarte de ellas, en cuanto dejes la sala de exposición te seguirán a casa habitando tu miedo más profundo: ese que sueles tenerle a la parte más oscura de ti mismo.
Piezas más famosas de Stipl
Bloc Sabbath 2005
Bloc Sabbath 2005
Bloc Sabbath
Como personajes escapados de un bestiario medieval, Bloc Sabbath está representada por catorce esculturas de cera y resina de formato pequeño con poca ropa simulando una escena brutal, hedonista y muy sangrienta. Los personajes parece que interactúan sin mucho éxito y participan en un ritual de descuartizamiento o en una orgía depravada. En su mayoría figuras masculinas que con gestos de horror, dolor, risa, maldad, burla, contemplación, sugieren acciones como infligir dolor, comerse a alguien, lo que haría un caníbal, el placer de cortar y manipular la carne, el sexo violento y sadomasoquista, la violencia de los disparos o de los azotes. Los personajes no parecen sufrir sino sentir placer, tienen miradas complacientes como si estuvieran conmovidos y rostros tontos producto del embelezamiento. Sucumben extasiados ante la carne humana como si fueran creyentes mirando reliquias.
Al centro del grupo una mujer madura con nariz de chancho, corona de flores y totalmente desnuda observa al infinito subida en una especie de zancos, como si la masacre no le importara, vemos una carretilla de madera llena de cabezas sangrantes mientras que cuatro hienas furiosas aparentemente domesticadas (llevan collar) partipan del festín, una en particular porta un saquito de primeros auxilios sobre su lomo repleto de balas. Uno con ligas de encaje blanco está abierto de piernas frente a una escopeta sujetada por otro con cabeza de rata que porta un delantal de plástico ensangrentado como los que usan los carniceros. Otros tienes fustas, golas, puñales clavados en el estómago, tripas por fuera, se alimentan de brazos mutilados. El más burlón lanza un beso al público en una actitud seductora.
Detalle de Bloc Sabbath 2005
Detalle de Bloc Sabbath 2005
Secret Weapon (Arma secreta)
Una bandada de bebés, treinta y dos miniaturas, vuelan en una instalación de cuerpos enteros realizada en resina, de pequeño formato y medio pintados de blanco mientras tres palomas blancas custodian y participan en la escena. Los bebés están completamente desnudos y en diferentes posiciones, algunos tienen tatuajes de figuras mundialmente conocidas y hasta arquetípicas sobre sus pechos: Santa Clos, Hitler, Osama Bin Laden, Jesucristo, el payaso de Mc Donalds, entre otros.
Secret Weapon
Secret WeaponDetalle de Secret Weapon
Breath, You Fucker
Una serie de rostros masculinos, clones incesantes de la misma cara de Stipl, interactúan sujetadas a la pared por barras metálicas. Como si fuera un estudio fotográfico de autorretratos, éstas expresan un rango de emociones que van desde la consternación hasta la angustia mental, quizá pasando por el dolor que posiblemente causaría un puñetazo sólido sobre la cara. Las cabezas rapadas están tatuadas con emblemas de sociedades secretas: Skull and Bones, Wolf’s Head, Masones, Illuminati, Rosacruz, etc. Como en un ritual de iniciación el público participa de las emociones que trasmiten los rostros.
Breathe, You Fucker 2004
Breathe, You Fucker 2004
Detalle de Breathe, You Fucker
Detalle de Breathe, You Fucker
Si te llama la atención la escultura hiperrealista puedes encontrar más información y otros artistas en el mundo en estas fuentes:
-Richard Stipl, Página web oficial del artista: http://www.richardstipl.com/ 
-Rodríguez, B (2006), “Ron Mueck, Evan Penny, Richard Stipl, Reality and its Excesses”, LÁPIZ, Madrid, España.
-Jara, Óscar (2003), «Creador de efectos especiales invade el santuario de la National Gallery de Londres», Nro. 19 de -Babab: http://www.babab.com/no19/mueck.php
-Artículo sobre el asco y el morbo de José Luis Barrios

Hasta la vista… Taika Ramé 

Comparte esto:

2 comentarios

  1. Hola Alberto
    Lamento no poder ayudarte. No tengo idea de lo que preguntas.
    Saludos y gracias por tu comentario.
    Nadir

  2. Quisiera saber si en venezuelas existe algùn artista que dicte clases de escultura hiperrealista. Estoy interesado en aprender este arte.
    gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.