Esperanza.
Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Deseo.
Movimiento afectivo hacia algo que se apetece.
Hoy me tocó hacer mil vueltas en la Ciudad de México, tomar varias veces el transporte público, esperar pacientemente hasta ser llamada para tramitar unos papeles… es mucho tiempo para pensar. Tiempo libre entre paréntesis. Dicen que la esperanza es de color verde, tal vez porque la naturaleza lo es. Una vez leí en algún libro que las semillas no se andan preguntando si llegarán a ser árboles, están esperando con calma a que su destino las alcance haciendo lo que tienen que hacer: ser semillas. No reflexionan sobre el proceso de llegar a una meta, lo que les ocurre está escrito en su genética. No es que yo esté diciendo que el destino de los seres humanos está en su ADN, mas hoy me dio por imaginar que está tallado en alguna parte de nuestro ser individual y de nuestra existencia como especie biológica también. El destino es un poco de biología, una pizca de magia, algo de suerte, un tantomucho de acción y un piquín bien grande de causalidad. Quizá es todo eso a la vez. Quién soy yo para decir que no.
A menudo digo que mi estado de ánimo llamado esperanza es de color blanco. Es mi color preferido desde que comencé a hacerle caso a mi intuición. Hoy celebro que todo lo que deseo y me apetece muchísimo es posible. Viste tu esperanza del color que te dé la real gana, no necesitas permiso de nadie para hacerlo. La esperanza ajena suele aterrar a ciertas personas. No dejes que las condiciones de vida, el tiempo reloj y el habitual terror psicológico del siglo XXI te impidan disfrutar de la esperanza, mucho menos dejes que otros seres humanos te la quiten.
Nadir Chacín