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Dilema de la 1:19 pm. Amar es darle la libertad al otro para que viva lo que tenga que vivir como pueda y quiera vivirlo. Cada persona es un mundo diferente, legítimo. Amar no es sobre-proteger. No es ofrecer soluciones ya pensadas desde nuestros puntos de vista personales a las situaciones, problemas, angustias y emociones de los demás. Amar es respetar la libertad de nuestros seres queridos para ser ellos mismos (sí, aunque se equivoquen). Amar es permitir que los demás vivan su dolor o su alegría: sus procesos emocionales a su manera. Amar es escuchar pacientemente y acompañar al otro mientras vive su propia vida.

Ojo. Amar así no implica que no pongas límites a la forma en que quieres interrelacionarte con los demás. Los límites son sanos. ¿Qué quiero decir con la palabra «límites»?

Ejemplo. Te habla tu amigo/a que está deprimido/a porque su novio/a lo dejó. Tú tienes derecho a decidir cuándo quieres acompañarlo/a en su proceso y cuando no, eso hará que lo/a puedas apoyar de mejor manera. Si cada vez que te llama o busca tú vas en su rescate aunque no quieras hacerlo… te está moviendo la culpa y no el amor hacia esa persona.

Nadir Chacín

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