By Mirko Sevic
By Mirko Sevic

A mis amigos y amigas del mundo
por dejarme construir mis cuevas
en sus territorios

Cada cierto tiempo llega una etapa significativa en la que muero y vuelvo a nacer. Pensar así le resta su “celebridad” a los famosos días de los cumpleaños, al nacimiento y a la impactante muerte del cuerpo físico, regresa estos eventos de la condición humana a su estado más simple y natural. Pero hoy cumplo 42 años en el día de mi nacimiento que es 21, me ha dicho mi amigo Sinhendra que es un doble 21, un ciclo. Un poco por hacerle caso y otro más por curiosidad me ha dado por preguntarme: ¿Cómo llegue aquí a este cuerpo y a esta vida? ¿Qué significa lo vivido, “estar viva”? ¿Tendría que significar algo? ¿Para qué han venido a visitarme todas juntas estas emociones tan diversas: Tristeza, Alegría, Deseos de Cambiar, Rabia por las pérdidas, Saudade…?

Los últimos dos años han sido muy movidos, me he mudado de país por segunda vez, he salido de la zona de confort quién sabe cuántas veces, he dejado por el camino un montón de certezas para indagar en lo desconocido, me han dolido las pérdidas y sigo aquí. Me siento viva, aunque ciertos días no tenga ni idea de lo que he venido hacer a esta tierra, aún así me siento viva. Bienvenidas son cada una de esas emociones sin las que hoy no pudiera sentirme viva.

Viva porque lo que hoy vivo lo he construido yo. Viva porque aunque duelan las consecuencias de mis decisiones son el testigo de mi libertad para elegir. Viva porque me he atrevido a que las personas, las cosas y los hechos me duelan. Viva porque he dejado atrás muchas nadires y porque quiero conocer a las que vienen. Viva porque cuando lloro a moco tendido también me siento una mujer salvaje, un animal. Viva con exageraciones y con pausas. Viva cuando pierdo, viva cuando gano. Viva cuando cobro, viva cuando no cobro ni un euro. Viva porque recibo vida y amor de los que me acompañan en el camino. Viva porque a la gente con la que comparto un encuentro mágico no le importa ni mi país ni mi nacionalidad. Viva porque tengo hambre y sueño. Viva porque aún sonrío y cuento chistes malos. Viva porque me da por jugar como las niñas. Viva porque mi cuerpo cambia con el paso de los años. Viva porque cada día tengo + canas que me recuerdan a la Nadir que ha vivido. Viva porque dudo, porque creo, porque pienso y respiro. Viva porque me lees, me escribes y me recuerdas.

Namasté y gracias por todo,
Nadir Chacín
Te espero en Facebook y Twitter

 

Comparte esto:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.