Fotograma del cortometraje "Dimensions of dialogue" de Jan Švankmajer.
Fotograma del cortometraje «Dimensions of dialogue» de Jan Švankmajer.

· Apunte del 3 de septiembre a las 20:59 ·

Tratar de tener una ética refinada y reflexionada, explícita, tratar de construir y poner en práctica tus valores personales (revisarlos y ajustarlos cada tanto), ambas cosas, son el corazón del estar/ser en este mundo de una manera + armoniosa, haciendo el esfuerzo de atropellar lo menos posible a los demás y de no dañarse a una/o misma/o. El tiempo vuela. La tecnología, la ciencia y laglobalización (que no es ni tan global ni tan democrática ni tan libre) corre más de prisa que el modelaje/adaptación de los usos y costumbres, de nuestras creencias y pareceres, de las #normas que nos permiten vivir en sociedad y relacionarnos. Es la llamada revolución cognitiva, a mi juicio un proceso inédito hasta ahora, en el que las normas de convivencia han comenzado a «borronearse» aceleradamente, a volverse confusas tanto en su contexto de aplicación como en el contenido de las propias normas. Metidos dentro de tantos cambios abruptos de la esfera «material» (medios, casas, coches, economía, trabajos, devices…) en la que (sobre)vivimos y nos relacionamos sucede a la vez ese letargo alienante en el que no logramos reflexionar -lo suficiente ni a tiempo- el efecto de dichos cambios en nosotros: la especie. No hay tiempo para procesar tantos cambios a la vez, este hecho no es inofensivo. Es menester que desarrollemos (prioridad Nro. 1) la capacidad de auto-gobernarnos mejor y sobre todo la de ayudarnos entre nosotros a velar por lo + elemental y básico que requiere ya la ética de este siglo XXI: no perder la sensibilidad humana (sentir vs. estar anestesiada/o) y la capacidad de juzgar (jerarquizar información y tomar decisiones colectivas que aboguen por el bien común, capacidad genuina de elección). Eso amerita sentarnos frente a frente y conversar desde el respeto, no a través solamente de una pantalla. Corremos el riesgo de volvernos muy pronto gente mega-informada, ultra-adaptable, tecnologizada, hiperconectada, pero cruel y egoísta, sin capacidad para sentir la + mínima empatía por otro ser humano. Corremos el riesgo de perder o de ya no necesitar la cercanía física de otros humanos, el toque de una piel con la otra tan propia de un abrazo, la sonrisa espontánea a un desconocido que va por la calle… Corremos el riesgo de olvidar (por falta de práctica) cómo gestionar nuestra vulnerabilidad y poderla mostrar a los demás. ¿Es eso lo que queremos?

Nadir Chacín
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*Sugiero leer los libros de ensayos de Norbert Bilbeny.

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2 comentarios

  1. Fanny, gracias por el comentario y el aporte. Recuerdo que alguna vez escribí sobre ese tema del uso de Facebook, eso que dices. Lo buscaré. Hay una charla buenísima sobre la vulnerabilidad > https://www.youtube.com/watch?v=HhZNXbP0vnk te encantará. Yo la vi y decidí comprarme su libro y me encantó… te la recomiendo. Brene Brown http://brenebrown.com/
    Abrazos

  2. Me es significativa la idea con la que concluyes tu post: Gestionar nuestra vulnerabilidad, cómo, cuándo y con quién. Sobre todo cada vez más necesario en un contexto en el que todos muestran una felicidad avasallante en sus respectivas redes sociales: la mejor foto, el mejor viaje, la mejor comida, los mejores amigos. Luego entonces, cómo escribir algo tan simple como: me siento triste. ¿Qué tan auténtica es el estado triste o feliz que mostramos en FB?
    Como dices, corremos el riesgo de olvidar GESTIONAR nuestra vulnerabilidad, usualmente caemos en excesos ya que mostramos lo mejor o lo peor, pues también abundan comentarios del tipo, “me tiro para que me recojan” Este video habla sobre el tema.
    http://www.cuatro.com/noticias/tecnologia/redes_sociales-postureo-la_vida_es_bella_en_Facebook-vision_positiva_en_redes_sociales-what-s_on_your_mind_0_1818075505.html
    Saludos

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