#8M Hoy es un día de reinvindicaciones y protestas del movimiento feminista y de todas las personas que se están sumando en todo el mundo. Vengo a hablarte de mis encuentros con el Patriarcado y de sus diferentes caras.

#8M

Hoy participo a mi manera tanto en el paro como en la marcha feminista por sororidad (solidaridad) con millones de mujeres y niñas que ahora están sufriendo por el simple hecho de ser mujeres y niñas. También quiero enumerar algunas de mis razones personales.

Estas son «4 escenas» de mi VIOgrafía, las vomito aquí como si de un exorcismo se tratara. Algún día la terminaré de escribir con lujo de detalles, completa, y tendrá lastimosamente muchísimas páginas.

Se la dedicaré a las mujeres que han sido ASESINADAS en el mundo por hombres (sus parejas o ex-parejas) durante los últimos siglos.

8 años

Estaba patinando con una amiga en las instalaciones del club, que colindaba con un barrio (favela). Del otro lado de la reja que separaba la pista de patinaje del barrio estaba un hombre que se fue desnudando poco a poco y se masturbaba viéndonos pasar. Con la curiosidad de la infancia al principio nos dio risa hasta que el hombre comenzó a acercarse y a masturbarse con uno de los hoyos de la reja. Salimos corriendo a la zona de piscinas y le avisamos a mi madre, quien se quejó con la directiva del club. Le dijeron que ya había otras denuncias iguales. No habían hecho nada para impedir que ese hombre acosara sexualmente a más niñas. #8M

10 años

Estaba en la casa de una amiga jugando en su cuarto y escuchamos unos gritos desgarradores y nos asomamos por la ventana. Vimos a un hombre que agarraba a una mujer por el pelo y la tiraba sobre unas escaleras que habían allí, le subió la falda y la estaba violando. Tenía un cuchillo en una de sus manos. Asustadas corrimos a avisarle a la madre de mi amiga lo que estaba pasando. Ella cerró la cortina de la ventana y nos dijo que nos olvidáramos de lo que habíamos visto y viniéramos a merendar al comedor. Que eso eran cosas de adultos. #8M

15 años

Estábamos un grupo de amigos y amigas en la playa de noche. En esa época se estilaba estacionar los coches sobre la arena y poner música. Solíamos beber alcohol, fumar, bailar y pasarla bien. El chico que me gustaba y yo estábamos un poco hartos de la fiesta y se nos ocurrió irnos a caminar por la playa y alejarnos de la zona de coches. Cuando ya las luces y el ruido no nos molestaban nos acostamos en la arena a ver las estrellas en plan súper sano (hoy diría «romanticón»).

De un momento al otro, sin nosotros darnos cuenta, teníamos a dos policías alumbrándonos con linternas y pidiéndonos nuestras identificaciones, según ellos porque estábamos haciendo «actos inmorales en un espacio público». Nos detuvieron y nos llevaron a la estación de policías esposados. Nos separaron. A mí me metieron en un cuarto de la comisaría y a mi compañero en una celda. Yo escuchaba los gritos de mi compañero que decía: «si le haces algo te mato».

Luego de un tiempo, no sé cuánto, vino uno de los policías por mí y me sacó por la puerta trasera de la comisaría hacia una terraza que daba a la playa. Estuvo acosándome sexualmente durante unas horas que parecieron siglos. Era un policía tuerto, le faltaba un ojo. Nunca se me olvidará su cara. Me pasaba la punta del revólver por el cuerpo, por las piernas, por los brazos, mientras me decía: «Ya sabes lo que tienes que hacer para que suelte a tu novio». A mí me dio por hablar y hablar sin parar. Casi me orino encima.

El policía estaba cada vez más nervioso porque yo «hablaba mucho» y porque mi compañero seguía pateando los barrotes de la celda, gritando y amenazándolos. El otro policía apareció de pronto en la terraza y le dijo al tuerto: «hemos localizado al dealer«. Y me dijo «camina para adentro» (de la comisaría), abrió la celda, soltó a mi compañero y nos dijo gritando: «Cuento tres y no los veo». Salimos corriendo de allí lo más rápido que pudimos. #8M

17 años

El padre de una de mis mejores amigas del bachillerato me acosaba sexualmente. Yo iba y venía al colegio caminando y él me perseguía durante todo el trayecto. Yo caminando por la acera y él en el coche diciéndome que si quería ir con él «a comernos un helado o tomar algo». Así, día tras día. También me llamaba por teléfono a mi casa para invitarme a salir y yo le colgaba. Cuando iba a visitar a mi amiga en su casa y su padre estaba allí me intimidaba, acosaba y me miraba de tal manera que sentía terror y ganas de salir corriendo. Con los años me enteré que también lo hacía con otras amigas comunes. Mi amiga, la hija de este «padre», no sabe nada aún de lo que vivimos varias de sus amigas en aquella época. Nunca hemos sido capaces de contarle nada. #8M

Nadir Chacín
Visítame en Facebook y Twitter


"No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas." Audre Lorde
Comparte esto:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.