amor

El amor es una palabra muy grande para mí. Así que hoy vengo a hablarte de las actitudes y de los comportamientos que, en mi mundo nadiriense, significan que una persona me está queriendo en un momento dado.

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Las personas cambiamos así que decir «te quiero» como algo fijo e inamovible, no es algo que se apegue a la realidad. Deberíamos -como defiende el psicólogo Walter Riso- decirnos: «te estoy queriendo ahora».

Hace unos días pensaba en que tenemos muchas categorizaciones que diferencian a unas personas de otras.

Mi pareja y mis amiges. Mi familia biológica (con f minúscula) y quienes no son mi «sangre». Les amiges del cole y mis compañeres de trabajo. Mis maestres y mis alumnes.

Un montón de especies de «cajas» debidamente rotuladas donde metemos a unes persones y dejamos a otres fuera.

Yo hace unos cuantos años que estoy intentando romper con esas creencias y fijarme más en las acciones de las personas que me rodean y en cómo yo me siento con respecto a sus acciones. Independientemente de si son familiares, amigues, parejas o compañeres de trabajo o lo que sea.

Amor en el Presente y no más cajas

Intento no darle tanto peso a la historia (el pasado) que tenga mi vínculo con las demás personas. Me enfoco más en lo que estoy recibiendo ahora de esas personas y lo que estoy dispuesta a darles. Los vínculos que se desarrollan así me resultan más orgánicos y amables.

Decidí que mi «Familia» (así con F mayúscula) son las personas que me están queriendo en el momento en que me están queriendo.

Eso va cambiando con el tiempo. También me gusta llamarle «La Manada».

Cada día sólo tiene 24 horas

Así que he elegido gestionar la parte de mi espacio personal que comparto con otras personas desde las acciones que tienen esas personas hacia mí. Considero si mis necesidades y las necesidades de esas personas encajan en un momento dado o si no encajan. Entonces decido si dedicar parte de mi tiempo y mi energía a alimentar ese vínculo o no.

Esta forma de ver las relaciones humanas no implica que tratemos mal a quienes hemos decidido no incluir en nuestro espacio personal compartido. Simplemente significa que aceptas que aunque el amor es ilimitado, la energía y el tiempo no lo son.

Yo le llamo chuscamente: gestión de las querencias.

Nunca sabemos lo que pueda pasar mañana porque el futuro aún no existe. También necesitamos entender que existe la impermanencia. Todas las cosas nacen y mueren. Por más que queramos controlarlo todo, no podemos hacerlo.

Las personas que te están queriendo ahora son personas que se están queriendo a sí mismas ahora. No podemos dar a otra persona lo que no somos capaces de darnos a nosotres mismes.

Teniendo estas «cosas» en consideración se me ocurrió esta lista. Espero te sea útil.

Las personas que te están queriendo ahora son quienes:

  • Se procuran tiempo de calidad contigo, de tú a tú. Abren huecos en sus agendas -que parecen tetris- para verte, para compartir contigo por la vía que sea y «ponerse al día». Eso es amor.
  • Tienen una curiosidad ilimitada en descubrirte. Puede que te conozcan desde ayer o hace 5, 10 o más de 20 años, pero sienten la curiosidad de develar – sin prisas ni presiones- el misterio que eres como ser humano: cambiante, diverso, poliédrico y multifacético.
  • No te dejaron «aparcade» en una imagen idealizada de quien eres, desean relacionarse contigo -sea quien sea que eres ahora- y no con la imagen de ti que guardan en sus recuerdos del pasado.
  • Te escuchan. No importa cuántas veces te repitas «tropezando con las mismas piedras». Esas personas te escuchan cuando hablas de tus necesidades y no te interrumpen. Están más interesades en empatizar contigo y en conocerte mejor, en entender_te, que en tener la razón o darte discursos moralizantes.
  • Hacen el esfuerzo amoroso de no juzgarte o imponerte sus maneras, sus razones, sus formas de ver la vida y el mundo. Te tratan como un ser humano con «visión» propia, tan válida como la suya.
  • No desaparecen de tu vida sin avisar. Eso es amor. También es compasión, que no lástima.
  • Desean aprender los ritmos en los que tu corazón se abre y se cierra y los respetan. Son los que se han dado a la tarea de conocer el momento oportuno para «ponerte la música» que te cure cuando más lo necesitas. No te atropellan con sus ritmos.
  • No te piden que sonrías cuando te sientes como un gusano aplastado en el suelo. Te preguntan: ¿Qué puedo hacer para que te sientas apoyade por mí? Y si notan que no pueden acompañarte en tu proceso por las razones que sean te lo dicen y se excusan por no poder ser de más ayuda ahora. No se alejan totalmente ni rompen con brusquedad «el hilo invisible» que les une de ombligo a ombligo.
  • Harán todo lo posible por, si es necesario, ir a verte al hospital, a la cárcel, al velorio de alguien que quieres, en las fechas que son especiales para ti. En las buenas y en las malas. Y lo hacen porque les nace hacerlo (les sale del coño o de los cojones), no por obligación o por culpa o para manipularte después.
  • Desean que estés bien y te sientas cómode. Hacen lo posible para que estés a gusto, aunque a veces eso implique cosas incómodas para elles.
  • Saben ponerte límites y te explican sus porqués. No permiten que les atropelles con tus ritmos ni se someten a ellos. Optan por negociar contigo desde el amor y el respeto.
  • Te hablan de sus necesidades en el vínculo que tienen contigo y están dispuestes a negociar acuerdos para que tanto elles como tú se sientan lo mejor posible.
  • Comparten contigo sus saberes, sus dudas, sus inquietudes, su luz y su sombra, con la mayor honestidad que puedan ofrecer en cada momento. Eso es amor.
  • Si lo necesitas y se los pides te cortarían las uñas de los pies, te ayudarían a vestirte, te traerían el aparatejo ese para hacer pipí y caca desde la cama, cocinarían comida sana para ti, verían películas aburridas contigo y dormirían a tu lado cuando tienes miedo. Porque sí les adultes también sentimos miedo.
  • Se interesan por las cosas que te interesan a ti y te hablan de las cosas que les interesan a ellos. Desean compartir conocimientos contigo, experiencias e historias de la vida. Se atreven a probar cosas nuevas de tu mundo… contigo. Y te seducen con respeto para que pruebes cosas nuevas de sus mundos y a tu propio ritmo.
  • Se hacen cargo de las consecuencias de sus propios estados mentales y emocionales. No intentan hacerte sentir culpable por cosas que son su responsabilidad y no la tuya.
  • No te insultan, ni te maltratan, ni te agreden. Eligen «descargar» sus propias frustraciones de una forma que no le haga daño a otras personas, incluyéndote.  Y si no saben cómo hacerlo buscan la ayuda de algún profesional para aprender nuevos recursos y herramientas.
  • Te hacen un «tour» por su mundo y aceptan gustoses que le hagas un «tour» por el tuyo. Eso es amor.
  • Te admiran por lo que eres, no por lo que tienes ni por lo que haces.
  • Te dicen cosas sublimes, como el prota de la película de Eliseo Subiela: no te mueras sin decirme a dónde vas.

Nadir Chacín
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"Las personas tiernas consigo mismas y con los demás se permiten expresar su vulnerabilidad abiertamente y por ello son más fuertes." Nadir Chacín


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4 comentarios

  1. […] a otra cosa. Saber esperar. Trabajar la paciencia infinita que da resultados inmediatos. El Reiki. Un nuevo amor que se vuelve refugio, mi poeta particular y de Tequila. Un libro parido por mis manos. El hermano de mi hijo recién nacido. Caracas de noche con sus […]

  2. […] situaciones y personas que deciden entrar por la ventana a tu vida. Y eso es también sorprendente y […]

  3. […] el centro de esta manera de relacionarse también existe la idea falsa de que para ser amado hace falta hacer “algo”, es decir, se requiere hacer y tener para ser dignos de […]

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