By Karl Kwasny/Monaux
By Karl Kwasny/Monaux

Reflexión | En tiempos donde casi todo es permitido (un poco menos la pedofilia y la pornografía infantil) es muy complicado ser una persona «perversa» o ser una persona «sana». Ya a casi nadie le interesa realmente trazar o defender la línea que separa lo «recto» de lo «torcido», (¿para qué?), ni reinvindicar las acciones que otrora nos servían para alimentar las ideas (verdaderas o no) que nos «separaban» de los animales y nos servían de amalgama social (y «civilizatoria»). ¿Cómo hacer pactos sociales en el siglo XXI? ¿Cómo definir o corregir el rumbo de Lo Humano? ¿Alrededor de qué hoguera nos sentaremos a contarnos historias que nos den coherencia? ¿Qué historias nos servirán/servirían ahora? ¿Cuáles construirán ese «nosotros» tranqulizador que tanto ansiamos? Uhm…

Nadir Chacín @nadirchs
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2 comentarios

  1. Así es, Antonio Esquivias. Yo creo más en el camino personal y en la experimentación. Yo soy una persona espiritual, pero no me gustan mucho las religiones. Te gustará leer a Marià Corbí, búscalo, sus libros son alucinantes.
    Saludos y gracias por tu comentario.
    Nadir Chacín
    https://www.facebook.com/sersiendo

  2. Es verdad lo que dices, hemos pasado de una cultura que se regulaba por normatividad moral, básicamente de origen religioso, aunque con muchos elementos supersticiosos que la religión oficial permite, a una sociedad donde han caído las autoridades morales han caído y donde, como muy bien previó Sartre, estamos condenados a ser libres. Es nuestra libertad la que nos construye, no una autoridad, pero eso nos ha quitado la seguridad y nos sumerge en esa incertidumbre de la que hablas…
    A mi me gusta más esta situación, aunque sobre todo me parece que no tiene en su conjunto vuelta atrás, en parte si, hay mucha gente que sigue buscando esa seguridad de que te digan, con autoridad divina, lo que tienes que hacer y volvemos de nuevo parcialmente, solo parcialmente, a la situación del pasado…
    Qué historias, de nuevo el viaje de Ulises, solo, de regreso al hogar, esperando encontrar el amor… la historia de cada uno escrita ahora con la vida, la vida real de cada uno, trenzada con la de los demás, a veces en común con ellos, pero no escrita desde fuera…

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