Lo que no se saca: destruye.

Vómitos (de)mentes

Resulta que luego de los años vividos concluyes que es mejor no confiar en nadie. Todo lo que tienes, lo que has logrado, eso que te ha mantenido medianamente protegido/a del mundo, de la gente, hasta de ti mismo/a ha sido una creación propia, muy tuya. Te lo debes sólo a ti, ¿por qué habrías de compartir el crédito con alguien más? Al contrario, el esfuerzo que has hecho para defenderte, el cansancio que sientes hoy se lo debes a los demás o más bien los demás te lo deben a ti. Están en deuda contigo. ¿Cuándo será que los demás te devuelvan lo que te han quitado? Son los demás quienes construyeron esas cosas, situaciones y emociones que te lastimaron y aún te amenaza la sola idea de que se repitan.
Tu papá y tu mamá, los adultos que te criaron, fueron los primeros que te enseñaron a no confiar en nadie, empezando por no confiar en ellos. ¿Dónde estaban cuando necesitabas cariño, cuando te sentías solo/a, rechazado/a, no querido/a? No estaban. Ésa fue la primera mentira, la que ahora se despierta para tu propio bien cuando te sientes amenazado/a. Primero lo intentaste todo para amar y ser amado/a, diste lo que tenías y a veces hasta lo que no esperando ser premiado/a por tener un corazón bueno y generoso, luego sacrificaste tu propia personalidad, buscaste ser como los demás para que te aceptaran, terminaste por vivir cosas terribles que te hacían sentir muy mal y nada de eso funcionó. No sientes que los demás entienden lo que quieres, ¿verdad?, te defraudaron una y otra vez, no lograron darte eso que tú sientes que te deben, lo que necesitas. Ni los adultos que te criaron, ni los nuevos adultos que conociste, tampoco la gente de tu edad, ni tus maestros, ni el sistema, ni tus jefes, ni el Gobierno, nadie. Nadie entiende. Tú eres un(a) sobreviviente y a mucho orgullo, así lo sientes. Con mucho esfuerzo has logrado sobrevivir a tu propia vida y ahora estás extenuado/a. Esperando que alguien venga y trabaje por ti, te sostenga en sus manos por un rato por favor mientras tienes tiempo para descansar. Te mereces poder cerrar los ojos sin que nada te pase. Sólo unas horas por favor. Esa persona que te salvará no ha llegado, aún la esperas, en el fondo sabes que lo más posible es que nunca llegue. Si no ha llegado hasta ahora, ¿para qué la esperas? Lo más factible es que tengas que seguir luchando solo/a, así siempre has estado, ¿qué más podría sucederte? ¿Realmente necesitas a alguien más? Lo tuyo siempre ha sido un trabajo en solitario. Aquí estás y no precisamente por tener a alguien que te cuide. Ya has sobrellevado todos los golpes, te has auto-lamido las heridas, las que quedan duelen sí, pero no matan, aquí sigues, maltrecho/a, algo tambaleante, pero todavía de pie.
Pueden haberte sucedido estas cosas. Allí a tu lado tal vez hayan unas personas que medianamente te acompañan. No confías completamente en ellas, ya sé. Haces bien. Probablemente tienes tu coto de seguridad y certeza repartido en varios escenarios: una familia “feliz”, unos amigos con quienes salir por allí, un trabajo que te da de comer, una mascota que te recibe moviendo la cola, algunos títulos profesionales, ropa de moda, un iPhone… tus sueños. Tienes razón, te lo mereces. Todo eso lo has logrado con tu esfuerzo en este combate, en esta lucha por sobrevivir. A la noche haces tu inventario y honestamente terminas diciéndote “aún los demás, aún la vida… no me ha dado lo que me debe”. Igual te sientes cómodo/a con una buena parte de lo que has obtenido, ¿en qué cabeza cabe poner todo eso en riesgo? Tanto que te ha costado. No siempre estuviste así de tranquilo/a. Te lo mereces. Aunque todavía sigues esperando que algo más suceda, todavía sigues cansado/a, esperas eso que te permita de verdad cerrar los ojos sin que nada te pase. ¿Dónde está la verdad sobre ti, sobre ESA persona o sobre ESA situación que tanto esperas?
Quizá sigues solo/a, no tienes pareja ni esa familia que todos quieren, mas tienes otras cosas que compensan las faltantes. Tienes “tu libertad” o algo que se le parece bastante. ¿Quién puede decir que nada lo ata? ¿Quién realmente puede jactarse de ser tan independiente como tú? No necesitas a nadie. Mañana si quieres lo dejas todo. Quién podría señalarte por no haberte dado al mundo, sí lo hiciste hasta que te cansaste de ser tan pendejo/a y construiste tu propio porvenir. Pero… siempre hay uno. ¿Por qué sigues esperando a esa persona, a LA persona? Por qué tus sueños no llegan más rápido. Quién en su sano juicio espera a alguien o a algo que no necesita. Así estás bien, ¿no? Quizá tengas razón y te estás volviendo loco/a. Dónde está la verdad. No confías en nadie. Probablemente tampoco en tus juicios, pero son los que tienes, lo que hay. Mejor eso, que el vacío. ¿Por qué habrías de prestarle atención al fuego que te quema por dentro?

Nadir Chacín

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Letra

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6 comentarios

  1. Hola, José
    Qué bueno que me visitas. Te tocó un post fuerte, mi intención era remover, remover, remover lo que duele. A veces se necesita SACUDIR el alma.
    El amor también es eso que saca para fuera todo lo que no sirve y te ayuda a ver el mundo de otra forma. Ya escribí la segunda parte, espero la leas aquì
    Siglo XXI. Sobrevivientes que mutan
    La pregunta clave…. ¿De qué forma un/a sobreviviente muta en hacedor/a?
    Yo miro de lejos y de cerca… soy una mirona… jjejeje
    Abrazo y feliz año nuevo
    Nadir Chacín

  2. … acaso has entrado en mi cabeza… ???

  3. […] finales del año pasado escribí este post Siglo XXI. Del combate y sus sobrevivientes, este escrito es una resolución amorosa para aquella ácida y necesaria sacudida. Ésta es mi […]

  4. Hola,

    He conocido tu blog a través de 20 Minutos. Respecto a las preguntas que te haces,»¿Por qué sigues esperando a esa persona, a LA persona? ¿Por qué habrías de prestarle atención al fuego que te quema por dentro?»… me gustaría proponerte algunas reflexiones que puedes encontrar en el enlace siguiente:

    http://josearnedo.blogspot.com/

    Al melancólico sólo puedo decirle una cosa: “Mira a lo lejos”.

    Un saludo y te deseo lo mejor para el 2012,

    Jose

  5. Buen texto, me ha gustado.. aunque es un poco descorazonador. Sí que es verdad que de alguna manera estamos solos, pero a lo largo de la vida creo que siempre encontrarás un puñado de personas que haya merecido la pena conocer

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