Ya sé, te sientes de la fregada, también sé que dices o piensas “no sé que más hacer”, “a nadie le interesa lo que hago”, “quiero irme a donde nadie me conozca”, “no valgo nada”, “mejor sola/solo que mantenida/o” y un largo etcétera. Reflexionemos sobre el núcleo psicológico del desempleo como experiencia temporal de vida. Léase bien: temporal.

El trabajo remunerado te permite obtener dinero y a la larga se transforma en un terreno que genera referencias con sentido para tu Yo. ¿Y qué pasa? Quiere decir que tu Yo se va alimentando de tus éxitos laborales, de tu desempeño como profesional o en el oficio que tienes, y es así como se da un proceso de mimetización entre el Yo y tu oficio. ¿Eso es malo? No y sí. No, porque el sentirte identificada/o con lo que haces te da sentido y orden, y alcanzar esa estructuración psicológica te ha sido muy útil hasta hoy. Y sí es malo, porque resulta que tú no eres solamente tu rol laboral, eres mucho más. Mucho. ¿Por qué se te olvida esta sencilla verdad? ¿Por qué se nos olvida?

Generalmente los humanos no invertimos igual cantidad de energía, cerebro y corazón en construir una identificación también consistente y poderosa con otro tipo de éxitos. La mayoría tampoco trabaja en darle un sentido a su vida que vaya más allá de la vida material, del Hacer o el Tener. Por ello cuando el empleo escasea las “cuestas” se sienten mucho más empinadas.

El éxito es cualquier logro personal que te haya dado alegría y al cual puedes recurrir como respaldo psicológico cuando la vida no te está sonriendo. El éxito no solo se mide en términos profesionales, sino en resultados más íntimos y emocionales como los relacionales o los de mejora de tu personalidad.

El éxito relacional tiene que ver con la forma en que te vinculas con el resto de las personas. Un éxito relacional podría ser que te estés comunicando mejor con tus seres queridos o que hayas logrado una forma de poner límites en tus relaciones amistosas. Eso es un éxito relacional, involucra a otras personas y es totalmente ajeno al desarrollo y éxito laboral. Este tipo de éxitos también merecen la pena y atesorarlos es muy sano en tiempos de vacas flacas.

Otro tipo de éxito tiene su escenario en algunos rasgos de tu personalidad, esos que ya has logrado cambiar, mejorar o que estás ahora trabajando en ellos. ¡Bien por ti! Estos logros son mucho más íntimos que los anteriores. Incluso puedes no compartir verbalmente tu logro con nadie, puede ser algo muy tuyo. Hay distintos ejemplos de estos éxitos tan valiosos: desde dejar un vicio o rutina que te costó mucho, lograr hacer ejercicio todos los días o notar cuando te estás autosaboteando en algo y remediarlo a tiempo.

No solemos celebrarnos a nosotros mismos por estos éxitos emocionales y psicológicos ¿por qué? Son éxitos del corazón. Son la mera esencia del bienestar individual y colectivo. En los periodos difíciles es sabio no olvidarlos y empeñarte en alimentarlos y celebrarlos cada vez que puedas. Si es a diario: mejor. Ser una persona genuinamente rica, disfrutar de la abundancia y la prosperidad, tiene más que ver con tu capacidad para humanizarte (volverte un humano más sensible, feliz y satisfecho) que con tu carrera hacia la deshumanización (estrés, preocupaciones, competencia, baja autoestima).

Algunas personas cuando están temporalmente desempleados se olvidan de esos otros aspectos de su vida… todo se vuelve gris si actúas así. Créeme: es mucho más complejo de verdad mejorar algún rasgo de tu personalidad que encontrar empleo. Hay humanos que tienen empleos u oficios que les dejan harto dinero y no pueden mantener una conversación armoniosa con nadie, ni con sus hijos. No se trata de elegir alguna de las dos cosas, no son excluyentes, pero tampoco se trata de volver miserable toda tu vida porque ahora estás temporalmente sin empleo. Siempre hay salidas, siempre. Y aunque las vacas estén por ahora esqueléticas no hay nada que pueda opacar el éxito rotundo que implica lograr una constructiva relación contigo misma/o.

Acciona tu búsqueda de empleo, activa tus redes de contacto y muévete. Sí, insiste, pero no olvides en el camino que eres un ser integral, polifacético, diverso, y no un humano que nació exclusivamente para el empleo. Valora todos tus logros, todos, no menosprecies ninguno, y ese empleo bien remunerado que necesitas llegará más rápido.

Toda la abundancia para ti. ¡Feliz lunes!

Nadir Chacín

Click para más información Cuarto Encuentro del Círculo Humano, sábado 29 de enero 2011, 11 am, Parque México, Col. Hipódromo Condesa, México D.F. Tema: El amor en el siglo XXI. Tendremos  como invitado especial a Javier Castellanos, antropólogo especialista en Género y Terapia de Reencuentro.

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3 comentarios

  1. Gracias, Hugo. Por tu largo y atinado comentario. Así es: ni Yuppie ni Hippie. :)
    ¡Feliz Círculo Humano, así es, así será!
    Abrazo
    Nadir

  2. NI YUPPIE NI HIPPIE

    Confieso que mi opinión es parcial y como es usual y le pasó a Freud, refleja más mi YO que la generalidad. Aunque trataré de recordar lo vivido por otras personas que han compartido su sentir.

    El ser empleado o desempleado por supuesto que afecta a tu forma de pensar y ver la vida. Pero tu actitud ante esta situación puede modificar esta forma de pensar. Trataré de ser breve.

    El ser empleado pro supuesto que de manera general te da cierta comodidad y, si el empleo te lo permite, disfrutar de sentimiento de éxito. En ocasiones aquella frase en apariencia broma, toma una escalofriante certeza: «yo no necesito este trabajo, sólo la paga». Es una cuestión de actitud, el trabajar por dinero es una necesidad es cierto, pues nos guste o no, «el dinero no brinda felicidad…¡pero como ayuda!». Quienes logran un sueldo jugoso pueden perder la perspectiva de las necesidades básicas, y tiende a caer en el despilfarro y en la soberbia del yuppie.

    El ser desempleado, si nos referimos exclusivamente al trabajo asalariado, genera incertidumbre que puede desencadenar en depresión. Hay quien se autodefiende esgrimiendo la bandera de la libertad y el no tener jefes, llegando al conformismo de autodefensa. El que vende chicles tiene muchos jefes, cada uno de sus clientes. El creerse únicos, rebeldes e independientes puede llevar a un abandono del sentido de la responsabilidad y llevar a la que podría llamar soberbia del hippie.

    Es tan malo ser hippie como yuppie. Si se tiene un empleo es necesario valorar cada peso y usarlo en cosas que valgan la pena, normalmente fuera del negocio: familia por ejemplo; o si «sobra», beneficencia, ayuda a amigos y similares. Para no caer en la monotonía, es muy importante salir del círculo del trabajo hacia otras actividades, aunque no generen dinero, que pueden ser las mismas cosas a las que se mencionaron antes o también al autoestímulo (onanistas, favor de no proyectarse).

    El desempleado debe tomar una actitud muy propositiva. Si no consigue trabajo en una empresa como asalariado, siempre hay forma de obtener un beneficio económico haciendo lo que se sabe hacer, y mejor aún, lo que puede aprenderse a hacer (de hecho, el asalariado debe hacer algo similar, para no ocupar un puesto, sino crear el puesto). La actividad es muy importante, sobre todo si es productiva, y no caer en desesperación. No preocuparse, ocuparse.

    Todo empieza en tu mente y actitud (si es que pueden mencionarse por separado).

    Feliz Círculo Humano.

  3. […] This post was mentioned on Twitter by Nadir Chacín. Nadir Chacín said: ¡Que el desempleo no te haga knock out! http://ow.ly/3FhnC @randstadempleo @EmpleateMxTodas @GMCFactorhumano @empleate @bumeran #empleo […]

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