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Heidemarie Schwermer, la reina del trueque, tiene 14 de sus 68 años viviendo sin dinero

Algunos aventureros han demostrado que vivir sin dinero es posible. Eso me interesa y creo que a ti también.

En el mundo de hoy parece casi imposible “moverse” sin “pisar” a alguien. El sistema capitalista y neoliberal, junto a la dinámica del mercado, hace que tengamos la necesidad casi obligatoria de competir. No es un ambiente que propicie la colaboración. Nos obliga además a trabajar a cambio de dinero. ¿Cómo salirnos de esta «rueda de hámster»?

La misma historia repetida hasta el cansancio

¡Si no luchas y te defiendes te quedarás sin empleo y sin dinero! Este es un mantra común en nuestros días. Nunca he creído en la competencia. Quizás por eso vivo más tranquila y también por eso no tengo cuentas millonarias en Suiza.

Hace unos cuantos años que vengo probando diferentes estilos de vida y aún no he muerto en el intento. He sido becaria y estudiante. Trabajé 8 horas dentro de cuatro paredes en una oficina. Trabajo como freelance desde 2008.

También he trabajado en instituciones y universidades, tanto públicas como privadas. He migrado dos veces de país. Cambiado de orientación profesional al menos cinco veces. Debo decir que he aprendido mucho sobre mí misma, pero que aún no sé cuál es la clave para lidiar con el mundo.

Sé que me siento más cómoda y tranquila trabajando a mi propio ritmo y en mi casa. Soy más productiva así. Estar dentro de una oficina me puede. No quiero tener que volver a hacerlo jamás. Trabajar en una oficina no permite que la gente desarrolle su potencial creativo.

Me gusta trabajar en equipo. Es enriquecedor y muy útil para aprender a gestionar las relaciones humanas. No obstante, la dificultad de organizar un equipo es notoria y suele traducirse en reuniones inacabables y baja productividad. Tanto en el mundo de las empresas como en la vida necesitamos seleccionar bien con quién sí se puede colaborar y con quién no.

Cuando terminas tu carrera y sales al mercado laboral

Ayer hablaba con una amiga que está muy desanimada. Ha estudiado una carrera poco común y al salir de la Universidad ha encontrado un mercado laboral súper restringido al cual es bastante difícil entrar. Hablamos sobre el presente y qué hacer hoy para tener un futuro mejor. Le llevo 15 años de edad, son muchos años.

Mientras la escuchaba pensaba que la vida es como un experimento. Nunca las cosas salen como queremos. Sin embargo, nos empeñamos en que así sea y nos peleamos con la realidad y con los hechos.

Pelearse mentalmente con la situación del país o del mundo o del mercado laboral sólo produce estrés y ansiedad. Al menos es lo que yo he experimentado durante mi vida laboral. Claro que, como a mi amiga, me gustaría que las personas que recién se gradúan pudieran encontrar trabajo en su área. El tema es que ahora el mercado laboral no funciona así, está sumamente vinculado a la oferta y la demanda.

¿Deberíamos dejar de estudiar lo que nos gusta?

Creo que no. ¿La ideal es buscarnos un trabajo operativo para pagar las facturas y olvidarnos de nuestros sueños? No, no pienso que esa sea la solución. Quizás la solución pase por no esperar que alguien más cree «un lugar» para nosotros. Sí, empeñarnos en crear uno nosotros para nosotros mismos. Eso de ser emprendedores, como ahora se les dice, tal vez sea la vía de escape.

Tengo más preguntas que respuestas. Si otra persona viera mi vida diría que yo tampoco he encontrado «mi lugar» en el mercado laboral. No me importa darle la razón a esa persona. No sé si quiero formar parte de un mundo laboral en el que las personas terminan arrancándose la cabeza los unos a los otros por dinero. Y no es eufemismo. ¿Por qué tendría que gustarme hacer eso?

Vivir sin dinero o bajarse del mundo

El cabo que queda suelto siempre es el mismo: si no me someto al mercado laboral y sus reglas actuales fomentadoras de la violencia entre las personas, ¿cómo sobrevivo económicamente en el día a día?

Quizás convenga seguir probando diferentes estilos de vida. Tal vez llegó el momento de vivir sin dinero. El único modo de saber algo es probándolo. Así sabremos si lo que creemos necesitar es viable o no y si nos hace sentir bien y más felices.

Te sugiero ver el documental “Bajarse del mundo”. Me relajó conocer las historias de personas que se atrevieron a ir por el camino menos transitado. A mí me encantaría probar por un año esa experiencia.

Vivir sin dinero al principio ha de ser muy difícil. Con el paso del tiempo supongo que estos aventureros han de sentir una gran libertad y confianza en sí mismos. En una experimentación de ese tipo a mí me preocuparía el cómo mantenerme con salud y atender cualquier imprevisto.

Una vez leí que el dinero debería tener fecha de caducidad, así aseguraríamos que nadie lo acumulara. Es una idea curiosa e interesante. ¿Cómo hubiese evolucionado la humanidad y el mundo sin el dinero? Si hubiéramos elegido vivir sin dinero creo que habría más gente feliz.

Pensar prematuramente en la vejez

¿Cómo me preparo para la vejez? Pensar en una jubilación en este mundo tan incierto no parece muy hábil. Veo cantidad de gente preocupada en el presente por algo que no sabemos ni cómo será en el futuro. Puede que dentro de unos años ni siquiera exista eso de cotizar para la jubilación.

A mí me queda claro que al menos a mis padres no les ha servido tener una jubilación. Con la hiperinflación es más lo que tienen que gastar en alimentos y otras necesidades que lo que reciben de jubilación. Mis padres pasaron años trabajando en lo mismo y ahora su jubilación no es un beneficio que compense la entrega a un solo trabajo.

Es posible que mi opinión sea radical. No aconsejo hipotecar el presente por un futuro incierto. Definitivamente prefiero vivir con menos dinero o vivir sin dinero en el presente -si eso es necesario. Elijo seguir haciendo cosas que me motiven. Prefiero tener menos y ser más. Me niego a invertir horas y horas de mi preciada vida en pagar hipotecas o cotizar para la jubilación.

InnSaei

Me gusta decir que el mundo es un libro abierto para nuestra imaginación. Todo lo que existe fue imaginado antes por algunas personas. Te sugiero ver este otro documental llamado InnSaei.

Si «miramos» hacia dentro de nosotros mismos podremos dejar de luchar contra el mundo y contra los otros seres humanos. Así, nuestra huella personal en este planeta no agregará más sufrimiento del que ya hay. Esa intención profunda de no reproducir la violencia y de cultivar la paz es la que me saca de la cama cada mañana.

¿Cuál es ha sido tu experiencia? ¿Qué piensas sobre estos temas? Si te gustó este post por favor compártelo con tus amigos en redes sociales  y deja aquí tus comentarios.

Nadir Chacín
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