| Apunte de las 15:25 horas |
Es perturbadora la noción de que casi nada de lo que creemos «personal» o «mío» o «privado» en realidad lo es.
Por ejemplo, el cuerpo privado/íntimo (cada quien el suyo). Éste está siendo constantemente domesticado, sin que lo notemos, por regulaciones sociales relativas, que mientras fomentan a unos cuerpos, criminalizan a otros.
Como escribió Maurice Merleau-Ponty: «uno siente tal como juzga».
Lo que nos gusta y lo que no nos gusta en la sexualidad o en nuestros cuerpos tampoco es algo íntimo. La parte más desvastadora arriba al relacionar todo lo anterior con la percatación de que: somos nuestros cuerpos. El cuerpo es algo que se es, no algo que se tiene. Auch.
Sugerencia de lectura: «Fenomenología de la percepción» del filósofo francés Maurice Merleau-Ponty.
Nadir Chacín
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