el-mundo-rider

Me había despedido hasta enero… pero estas fechas decembrinas son ideales para hablar de esta carta del tarot: EL MUNDO. Así que manos a la obra. Me hará bien a mí y a quien me lea. Bienvenida, bienvenido. Me gusta para la navidad y para el fin del año.
Además de ser el último arcano mayor, el número 21, es también un recordatorio para que hagamos lo que vinimos a Ser en esta vida. Esta carta cierra el círculo arquetípico que comienza en el tarot con otra carta El Loco. Como la vida -incluso el tarot- todo es cíclico vemos en esta arcano la obra terminada, un proyecto, una historia, una búsqueda que ha finalizado y que regresa a su origen, a sus inicios, a la fuente de la cual surgió. Regresa a la inocencia de alguna forma: a su esencia.
En el tarot, en casi todos los mazos, vemos en el centro a una mujer desnuda que representa al mundo, flotando, detrás de ella el cielo, a veces también le dicen a esta carta El Universo. Es el cosmos, el mundo, el universo, el Todo unificado de gran escala pero también se refiere al microcosmos que constituye el ser humano, réplica, clon de la estructura del macrocosmos. La humanidad misma y su hábitat.
Algunos sabios dicen que la mujer es más bien hermafrodita, es el símbolo de la unión entre hombre y mujer. Tiene senos y su apariencia es femenina, pero me gusta interpretarlo como un llamado a la naturaleza femenina del mundo y de la humanidad. Es la plenitud encarnada en un arquetipo femenino, porque la plenitud sólo se logra con una actitud y una fuerza que nace de lo sutil, lo pequeño, lo suave, lo abarcativo, todas energías femeninas dentro de un ser humano. No hablo de sumisión ni de debilidad, sino de la fuerza domesticadora de lo pequeño (como el hexagrama 9, Hsiao Ch´u , del I Ching).
Hombres y mujeres tienen su lado femenino que al surgir venturoso en nuestras vidas conduce a la integración, a la sincronía con el Universo. Sería si lo vemos con representaciones más afines a Occidente: la recuperación del Paraíso bíblico. Alcanzar la unidad, la realización plena, la perfección absoluta del lado espiritual y del humano, encontrar la totalidad, la sensación alegre de haber encontrado tu lugar y a «tu manada» -como bien dice la Pinkola en su profundo y sabio libro Mujeres que corren con los lobos.
el-mundo-marsellaMi tarotista preferida cuando vio mis cartas fundantes allí estaba El Mundo, magnánimo, como un rumbo a seguir, ya planeado por Otro y también construido por mí. Yo siempre he creído que a la vida humana la dirigen dos energías, lo que estás llamado a Ser y lo que uno con el libre albeldrío construye para uno mismo. El Mundo es lo que estás llamado a ser, es una suerte de misión universal donde lo que eres, haces y tienes se enmarca en tu convivencia con otros humanos. Es también tu yo social, colectivo, que deviene ayuda, cooperación, el compartir en su esencia más genuina y pura.
El mensaje de esta carta es unificar ambas energías, que tengan armonía, que resuenen juntas. Cuando consigues que aquello que haces, vives y tienes, sobre todo lo que eres, se conecte con lo que estás llamado a ser surge la plenitud, la tuya. Ésta es la verdadera misión personal, lograr esa conjunción en cada instante. No es una meta como tal, algo que lograr, sino una forma de vivir la vida cada segundo, que en todo lo que hagas busques esa unidad, reparar la unidad que se ha roto (que tu mente y tus pensamientos corrosivos rompen).
La vida (o lo que denomino en mi libro condiciones de vida) cambia constantemente, pero hay una dimensión donde nada cambia, que es independiente de los hechos. Allí en la vida en sí misma está tu ser, el verdadero Yo que brilla y ya está completo, ya es y no necesita aprobación, ni nada material que lo legitime. Es en ese centro de uno mismo donde habita la misión personal, es en ese centro donde bulle y burbujea tu esencia.
el-mundo-wirthLa mujer de la carta sujeta en sus manos unas varitas (Wirth y Raider White) y a veces una varita y un frasco (Marsella). Está rodeada por una corona circular que representa el agua y en cada esquina de la carta vemos animales que representan elementos, el águila representando el aire, el león el fuego, el buey, la tierra, y la figura humana como un espíritu al centro. En el mazo de Visconti y Sforza dos niños angelicales y desnudos sostienen con sus manos al mundo en forma de esfera, adentro de ella una ciudad o un castillo medieval. Detrás de ellos, al fondo de la carta, unas montañas simbolizan el mundo de mayor escala que replica el mundo humano de menor escala y en forma de ciudad, el mundo habitado por el humano: el pequeño universo humanizado.
Las figuras más comunes me recuerdan el Wu Xing o la teoría china de los cinco elementos. Es una teoría de la filosofía china tradicional, más que cinco elementos serían cinco movimientos, cinco estados o fases. Porque para los chinos nada está fijo sino en movimiento, son procesos vivos. Para ellos son la madera, el fuego, el agua, el metal y la tierra. Se usa mucho para el Feng Shui, pero también es aplicada en la medicina china, en la música, en las artes, en la estrategia militar y en la vida misma. La idea central es que estos elementos se generan y dominan entre ellos, y lo que permite un flujo correcto del Chi (energía vital) en el cuerpo, el alma o en los espacios físicos es la armonía, el equilibrio conjunto de todos. Al contrario, su desequilibrio o desarmonía conduce a la enfermedad, al estancamiento, la desunión, la paralización de la vida.
Pensar que la figura humana representa el quinto elemento (así como en la película futurista El Quinto Elemento de Luc Besson) me encanta, porque nos integra a la naturaleza, nos regresa la misión que tenemos como un elemento más de todo lo vivo, del Universo. Es también la idea de que el amor es la fuerza que activa el quinto elemento, al espíritu humano. Sé que puede sonar muy cursi y hasta naïf (inocente), no me importa, pero yo siempre he pensando y sentido que si algo puede salvar nuestro mundo es el amor no hay otra fuerza más poderosa.
Los animales de El Mundo representan también a los cuatro evengelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Están relacionados con la visión del profeta Ezequiel que aparece en el Antiguo Testamento. Es una referencia englobadora del conocimiento de la palabra de Dios.
el-mundo-viscontiEzequiel fue un profeta judío a quien se le atribuye El Libro de Ezequiel, que narra la vida de los judíos en el exilio, su misión, las amenazas que tienen para recuperar con la ayuda de Yahvéh (Dios) la Tierra Prometida. También habla de los falsos profetas o de las promesas de paz y felicidad para Israel. Lo que me gusta de este Libro es que centra la responsabilidad de la misión profética en cada judío, en cada humano. Esa misión tiene dos facetas la elevación espiritual de uno mismo y el compromiso con los demás, trasmitir el camino, el cómo encontrar esa paz, compartir las instrucciones y las formas de obtenerla.
Más allá de lo que exactamente refiere Ezequiel o la Biblia o la palabra de Dios, me gusta pensar que el mensaje ecuménico de los cuatro evangelistas tiene que ver con asumir honestamente y con pasión la parte que nos toca, responsabilidad en lo que hacemos, preguntarnos qué hemos hecho para estar como estamos en un punto específico de la vida, que para fines útiles y sanadores siempre será el presente, porque es el único tiempo en que vivimos.
En Ezequiel no hay culpas ni castigos colectivos, más allá de estas antiguas visiones del judaísmo y del catolicismo, hoy necesitamos una guía espiritual y humana, menos culposa, menos manipuladora y más edificante. Una que regrese el poder y la responsabilidad (que no la culpa) a quien siempre la tuvo y la tiene: Tú, yo y cada ser humano.
Hoy, a 11 días de que termine este año, sólo quiero decirte que hay un tiempo para todo y que cada tiempo debe ser aceptado y ponderado por lo que es, en lo que es. Todo tiene un objetivo en esta vida, entenderlo es integrarte a tu misión incluso cuando el 2008 no haya sido lo que esperabas.
No hay nada ni nadie con quien competir, no hay oposición a ti en este Universo, en el Todo unificado los bienes materiales, la alegría, la salud, todo, abunda. Si otros tienen eso que necesitas no pienses que te lo están quitando, hay para Todos, porque la fuente de donde proviene lo que eres que es el Universo mismo es inagotable. Hoy, te deseo paz en tu corazón, paz para abrirte a lo que es, a tu presente, y para recibir las nuevas etapas que vienen con gozo.
La carta de El Mundo significa que estás en fluidez, tu vida fluye, no te alejes de tu actitud receptiva, abraza tu misión y comparte con otros lo que sabes, lo que eres y lo que sientes. Amor, amor, amor. La confianza entre nosotros y con nosotros mismos es la clave.
Mis mejores deseos para el 2009.
T.R.
Comparte esto:

2 comentarios

  1. […] También puedes leer: El mundo: abraza tu misión […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.