miedo-a-la-muerte
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Oye, sin desiertos, no habrían desiertos que florecen como los de Atacama en Chile. Cuánta belleza nos perderíamos.

Tenemos un miedo a la muerte tan grande que nos peleamos con la Naturaleza. Por ende luchamos contra su cualidad más evidente: el cambio. Hoy vengo a hablarte de la Muerte, es uno de mis temas de reflexión favoritos.

¿Tener miedo a la Muerte qué implica para nuestra vida? Que todo lo que esté vinculado con la Naturaleza lo estamos tratando como si fueran «ladrones de vida», que nos roban cosas que queremos.

Creemos que es mejor decir que «una persona está llena de vida», que decir «está llena de muerte». ¿Por qué? ¿No es una arbitrariedad? La Vida y la Muerte son lo mismo.

Un ejemplo.

Si yo creo que el «trastorno de ansiedad» es un «ladrón de vida» me pelearé con esa parte de mí misma con tal clase de odio y rechazo que estaré negando cualquier ínfima oportunidad de equilibrar mis emociones. Me alejaré de la posibilidad de ser amable conmigo misma de manera incondicional, pase lo que pase.

Cuando estoy ansiosa, soy yo quien está ansiosa. Vaya que no es un alien que vive dentro de mí que se gobierna solo, aunque lo parezca.

No puedo separarme de mí para aliviarme

Eso es lo causó la ansiedad en primer lugar. Esa separación, esa lucha, esa falta de amor y amabilidad.

¿Te preguntarás que tiene que ver todo esto con la Muerte? Pues que las cosas cambian.

Si sube, baja. Si vive, muere. Si algo es, luego no es. Si ahora mismo tengo ansiedad, el minuto siguiente puede que no o sí, pero yo sólo tengo que ser amable conmigo en este mismo momento.

No se puede ser amable con una misma mañana o ayer en sentido estricto. Se es amable en acción y en presente, ahora.

La actitud de rechazo y miedo hacia la ansiedad te hace pensar que el/tu cambio no es posible, es decir que es una actitud de negación de una de las cosas más evidentes y constatables: las cosas cambian.

Si me peleo con la Muerte, me peleo con la Vida.

Si me peleo con las Muertes todas, Me peleo con las Vidas todas.

Si me peleo con la ansiedad, me peleo conmigo

Yendo un poco más allá: no es posible hacer un pacto y un compromiso con la Vida si no lo haces con la Muerte. Un pacto con la Naturaleza es más sencillo y orgánico que estar peleando con ella todo el puto día. ¡Es realmente demencial!

Quizás sea porque soy antropóloga física y forense, eso da igual.

Sé que la Muerte es una aliada valiosísima en el camino del desarrollo personal y del espiritual.

Decir esto es decir que la Vida también lo es.

Abrazar el proceso Vida, Muerte, Vida, Muerte, Vida, Muerte… Es, No Es, Es, No Es. Abrazas el cambio y a la Naturaleza. Te abrazas a ti y a los demás.

Leí en algún trozo de piel que es Doña Muerte  quien, con sus delicadas manos, da la vuelta al niño en el vientre de su madre y lo pone boca abajo para que pueda nacer. En el mundo moderno se nos ha olvidado la generosidad de Doña Muerte.

Las cosas y los seres no están desconectados

¿Por qué crees que estamos contaminando al Planeta Tierra?

¿Por qué crees que existen las guerras, los suicidios, las adicciones, el odio, la violencia? ¿Por qué crees que construimos los conceptos de Nación, Estado y Patria?

Todo tiene que ver con más de lo mismo.

Estamos peleados con la Naturaleza, porque nos peleamos con la Muerte.

Queremos POSEER. Queremos que las cosas sean como a nosotros nos da la gana y no como son.

¿Qué hacer cuando tienes miedo a la muerte?

Tener miedo a la muerte, es lo mismo que tener miedo a la impermanencia.

Los budistas decimos que todas las cosas compuestas son impermanentes.

Tener miedo a la muerte es tener miedo a que las cosas cambien y a que las cosas no cambien. ¿No es paradójico?

Nos queremos sentir bien, sin querer sentirnos mal nunca. ¿Es eso posible? ¿Tú qué crees?

A mí me ayudado mucho eso que dice la gente de A.A.: «un día a la vez». Yo soy algo más realista y digo: Un segundo a la vez y respiro profundo.

Cuando me siento fatal me digo: «Nadir, sólo tienes que sobrevivir a este segundo». Y así cada segundo. Con esta frase me recuerdo a mí misma que las cosas cambian.

Me ha dado por salir a pasear con la Muerte en estos días y hablar con ella. Dice que sabe bailar muy bien y que nunca me pisará los pies. Eso ya lo sé, pero a veces se me olvida. Me entrego al hábito de recordar y de saber.

Sin Muerte, no hay cambio

Hablemos de la Muerte, de las Muertes todas. Hablar de la Muerte, es hablar de la Impermanencia.

Leí en alguna parte que la escritora mexicana Rosario Castellanos escribió: «Dadme la muerte que me falta». ¡Cuánta lucidez!

Cuando termines de leer esto, esto habrá muerto. ¿Y qué? No pasa nada.

Nadir Chacín
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3 comentarios

  1. […] Entonces me pregunto esta vez por las reiteradas pérdidas y sus supuestos inconvenientes. Por la impermanencia de las cosas interdependientes. Por su […]

  2. Gracias a ti, Rocío. ;) No conozco ese libro, lo buscaré. Abrazos

  3. Me gusta Nadir. Actualmente estoy leyendo un libro sobre el tema que se titula «las 5 invitaciones»de Frank Ostaseski .Descubre lo que la muerte puede enseñarnos sobre la vida plena.Gracias por compartir con nosotras .

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