La verdadera pasión nada tiene que ver con un estado ansioso. No es "tragarse al mundo", "pasar por encima", "no reflexionar". La cultura occidental tiene demasiados siglos enseñándonos esto al revés. Creemos que apasionarnos por algo o por alguien es "perder los estribos" o "tirarnos al abismo sin paracaídas". En los últimos años de mi