Apagón Venezuela. Un país en trizas.
«En la oscuridad las palabras pesan doble», escribió Elías Canetti.
No tengo palabras para expresar lo que siento por la situación de Venezuela y de mis paisanos que están en el país y fuera de él. La crisis humanitaria es de proporciones oceánicas.
Para drenar la tristeza, la impotencia y el enojo he hecho hoy este video. No hay sosiego. Oriana Bermúdez (@oribermudez) en Twitter expresó este sentimiento mejor que yo:
La luz se va en Venezuela y se va en todas partes del mundo. Ahí donde hay un venezolano angustiado porque no se ha podido comunicar con su familia, ahí también se fue la luz. Estamos rotos y desgastados.
Comparto algunos mensajes de mis amigos y amigas venezolanos sobre Apagón Venezuela: esta pesadilla llamada Maduro que parece interminable.
Jacqueline Goldberg, escritora
Mi mamá en Maracaibo tras 90 horas sin electricidad dice: «Es mejor que tu papá ya no esté, no habría soportado esto. Él vivió la guerra en Francia, pasó hambre y mucho trabajo. Estaría llorando».
Venezuela se desmorona con todas las faltas. Enumerar las carencias inmediatas supone una larguísima lista: sin electricidad, sin agua, sin medicinas, sin plan, sin comida, sin dinero para pagar el altísimo costo de la vida, sin acuerdo posible para acabar con tanta catástrofe. Sin aliento y sin voz ni voto mientras hay quienes se llenan la boca para decir que en Venezuela no pasa nada.
-La tierra es plana.
-¿Y usted en qué parte vive?
-En la que está de cabeza.
Apagón Venezuela. Saqueos. Apagón Venezuela. Niños muriendo en los hospitales. Apagón Venezuela. Sin luz no hay agua. Los alimentos, comprados a precios desorbitantes, se dañan por la falta de refrigeración. Gente buscando agua en los arroyos y ríos cercanos. No hay efectivo, no hay bancos, no hay cajeros automáticos. Apagón Venezuela. Algunas medicinas, ya escasas y carísimas, se dañan por falta de refrigeración. Apagón Venezuela. No podemos comunicarnos con nuestros seres queridos para saber si están bien. El Infierno duele.