No me preguntes

cómo es posible que lo tenga tan claro.

Hay un murmullo de fondo que a veces no me deja ver

y me hace recordar

en orden riguroso

el cuco del reló y la corona de sarmientos

El poeta canta su vida primero y luego

se para a contemplarla

Cuando

a veces

ya es tarde

Pero no le importa

Y creo que       a mí          tampoco

El poeta canta su vida ufano y bobo

como si fuera un sabio que endereza los entuertos

para defender su derecho al verso,

su espacio de responsos,

como si su sangre

valiera todavía

No sé. Si tú pudieras abrazarme desde tu abismo

y explicarme sencillamente

cómo alimentas

sin besarme

mi barro de diosa sin raíces

podría cantarte

como tú quieres

Podría ser la sombra exacta

del cuerpo que sueñas y precisas

Sin esfuerzo

Pero no sé

Ando buscando mi destino

dentro de ti

para decir todo lo que tengo que decir

como tengo que decirlo

con un ademán de oda

que me desahucia

Vengo vestida de poeta con un gran saco de lágrimas

que no me atrevo a soltar

porque no he venido aquí a hacer llorar a nadie

No he venido aquí

a afirmar quien soy y en quien he de convertirme

Yo he venido a amarte para que me prolongues,

para que me devuelvas el camino que a Eva le expropiaron desde el principio de los tiempos

en nombre de una traición que nunca llego a ser más que una travesura ridícula

de la que sólo da fe un cuento convertido en libro sagrado

No pretendo más

Por eso ando buscando tu nombre por encima de todas las cosas

Tu nombre exacto y verdadero

El nombre que Dios te ha prestado para que yo te encuentre

Ese nombre que se tiende frente a mí

para tentarme fingiéndose tentado

El nombre que pone duros mis pezones y abre mi sexo expectante y totalitario

arrollando mis prejuicios como no sabía que fuera posible

No quiero otra cosa para vivir orgullosamente doblegada

Tu nombre

tatuado en mi cuerpo

no,

repujado en mi alma

sin más aspavientos ni más florituras

Para eso estoy trabajando en sobrevivirme

Porque ya no quiero vivir sin que alguien me bendiga y me aniquile

No quiero sentirme sucia por fingir mis huellas

Estoy preparada para entregarme sin retorno

Sé muy bien

lo que reclama mi carne ignorante

Voy caminando como un poeta laborioso y estúpido a la sombra de mi corazón con paso firme y acompasado

Sin titubeos

Porque estoy de regreso

Así de simple

Y debo confesar

que, aún así, juego con ventaja

De dónde yo vengo

la vida no se cuenta en ciclos

De dónde yo parto

la vida no es una palabra escueta que nos llena de cosechas anodinas

Mi historia está llena de un dolor inservible que me ha preparado para no temer ser luz pensante

Es tan fácil como eso

Estoy amaestrada para fingirme sólida

Estoy amaestrada para tragarme todos los juicios existencialistas y metafísicos

y trastocarlos en un barro menos indecente

No tengo otra memoria que me apacigüe

ni deseo otra cosa que tu amor,

tu amor humano

visceral

intransferible.

Autora: Isabel de la Cruz

Nací en la capital de España, donde he vivido prácticamente toda la vida. Cursé estudios de Derecho y Ciencia Política en La Universidad Autónoma de Madrid. Aunque en los inicios compaginaba mi tiempo en diversos artes, principalmente la pintura y la escritura, la vida me fue decantando hacia esta última. He escrito diversos cuentos, novelas románticas, pendientes de publicación, en colaboración con Blanca Villalba, y diversos poemarios. Facebook

Comparte esto:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.