Acepto la espera mientras sea inevitable, aprovecho las pruebas que me impiden actuar para crecer internamente. Reconozco la necesidad de ver las cosas de otra manera. Igualmente, reconozco la complementariedad humana, todos necesitamos de alguien, alguien necesita de mí. Ahora me esfuerzo por cuidarme y protegerme, sabiendo poner límites sin causar dolor. Reconozco cuánto valgo y me quiero tal cual soy.
Marianela Ramírez, afirmación para El Colgado.
¡De regreso! Hoy les traigo a un personaje importante del tarot: El Colgado, el arcano mayor número 12. En estos tiempos en que se acerca el mes del amor, el día de los enamorados y demás, es una carta muy reveladora. Indaguemos…

En algunos mazos (Marsella, Wirth y Visconti-Sforza) el joven pende del pie izquierdo, mientras que en otros (Rider-White) lo hace del pie derecho (1). El tronco que lo sostiene, a veces es un solo tronco horizontal (Rider-White), pero a menudo vemos dos columnas verticales que sostienen a este tronco horizontal en otros mazos (Marsella y Wirth). Esas columnas verticales, troncos, también tienen 12 ramas cortadas, 6 en cada tronco, el número doce de este arcano. En el mazo Visconti parece que está sostenido por un arco, una especie de rectángulo sin un lado, el inferior.
El joven se encuentra en estado apacible, no sufre por estar colgado así: de cabeza. Parece un conformista, pero no lo es. Conformarse no es lo mismo que aceptar, El Colgado acepta su situación. En todos los mazos el joven tiene las manos detrás de la espalda, dando la idea de que está amarrado. Allá en lo oculto, en lo invisible (inconsciente), están sus amarras, ocultas de sí mismo y de los demás. Su sujeción no es real sino imaginaria, viene del mundo de las ideas, de su mente.

La actividad brutal y arrasadora que se produce en los tiempos de EL Colgado es interna no externa. Afuera todo parece quieto, estancado, sin movimiento: ¿muerto? Adentro de esta persona sucede una revolución, un «darse cuenta», una revelación… la vida palpita. Logra ver cosas sobre sí mism@ que no había alcanzado a entender hasta ahora, todo se mueve pero por dentro, las piezas del rompecabezas de la vida se van armando en su cabeza, van adquiriendo sentido (o va descubriendo que ya lo tenían pero que no lograba verlo). Es una interrupción creativa la que está viviendo (siempre que acepte lo que le pasa, si no acepta sufre y se siente descontrolad@, deprimid@).

El Colgado si simboliza algo es a la paradoja. Revela cómo la vida se contradice a sí misma en muchas formas. Te demuestra que el sentido común es el menos común de los sentidos. La vida es un contrasentido con sentido te susurra esta carta al oído. Paradójico… ¿no? La palabra viene del latín paradoxum, se construye del prefijo para que significa «contrario a», «alterado» y doxa, opinión. La paradoja como tema es recurrente en las filosofías y religiones de todo el mundo. Es condición también de lo humano en tanto que somos animales simbólicos.
Es inevitable la comparación, El Colgado me recuerda a Simón Pedro, Simón Bariona, mejor conocido como el apóstol San Pedro. Es uno de los doce apóstoles, discípulos de Jesús, según el Nuevo Testamento. La historia cuenta que San Pedro fue crucificado boca abajo en los tiempos de Nerón, así murió. Dicen que Pedro pidió ser crucificado así por no creerse digno de morir como Jesús. Para mí, significa la actitud de aquél que lleva la contraria (o cree que lo hace), la imagen del eterno subversivo que se sacrifica por una causa. La subversión en nuestra carta del tarot es más bien interna, en el mundo íntimo de la persona. El orden al cual reaccionas y te opones viene de adentro, en otras palabras, implica ser subversivo hacia la parte impositiva de uno mismo, hacia el ego. San Pedro simboliza al iniciado en tanto que le llevó la contraria al común de la gente de su época, era considerado «un loco». «Los locos» viven y se alimentan de la paradoja.

Se dice que San Francisco sanaba heridas y enfermedades trazando la letra Tau sobre los dolientes que se le acercaban, de igual forma colocaba el signo sobre las paredes y en los sellos con que cerraba sus cartas. Es un signo de protección muy antiguo, en el Libro de Ezequiel (Viejo Testamento) ya se decía que Yahvéh (Dios) llamó entonces al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escribano a la cintura, y le dijo: «Recorre la ciudad, Jerusalén, y marca una tau en la frente de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que se cometen en ella. Y a los otros oí que les dijo: Recorred la ciudad detrás de él y herid. No tengáis piedad, no perdonéis; matad a viejos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres hasta que no quede uno. Pero no toquéis a quien lleve la tau en la frente». No matáis al iniciado, diría yo. Debió ser un símbolo de Dios, de la protección de Dios. Quizá un símbolo de consuelo, en términos católicos. De salvación.
Las religiones tienen sus términos enredados, pero más allá de ellas y antes de ellas, estaban los significados arquetípicos que se les asignan a los símbolos. El Colgado, entonces, más que un hombre inútil y paralizado que cuelga de cabeza, es un sobreviviente atento, consciente. Sobre-viviente. Una mujer o hombre que vive «sobre», «más allá de», «por encima». Sobrevivir del latín supervivĕre. Es vivir después de la muerte de otra persona o después de un determinado suceso. La persona que hoy muere con la lectura de El Colgado eres tú mism@, el suceso determinado es la consciencia que tienes de haber muerto en ti. Suena paradójico, lo es, pero la iluminación implica la muerte de todo eso que hasta hoy pensabas que eras tú. Luego de esa muerte queda la nada en el sentido filosófico de la palabra. Es el Sunyata de los budistas. Lo carente de realidad, sin entidad, lo que no es, lo insustancial, lo deshabitado, lo vacío, la vacuidad, la vaciedad.
La cualidad de lo vacío te ha sido revelada. ¿Y esa cualidad cuál es? Todo está vacío, sin una realidad independiente. Todo lo que existe en este planeta, incluso tú, está relacionado y es interdependiente, y la aparente pluralidad de individualidades es un carácter ilusorio de nuestra existencia.
¡Abraza voluntariamente tu condición de colgad@! Y luego muévete a lo que sigue, en el momento oportuno.
Otras cartas: Los Enamorados, La Torre, La Emperatriz, El Mundo, El Diablo y La Rueda de la Fortuna.
(1) En el lado izquierdo del cuerpo según la psicología de la Gestalt se reflejan las relaciones familiares más significativas, padre, madre, hermanos, hijos. En el derecho se muestran las sociales: pareja, amigos, vecinos, compañeros de trabajo. El pie representa el apoyo, el equilibrio, el soporte de la vida. En El Colgado y en la tarea que éste implica conviene revisar por qué pie se está colgado. Qué relaciones necesitan afianzarse, de quienes necesitas apoyo o entender algo sobre ellos, o sobre lo que conservas en ti de esas personas, la diferencia entre lo que crees de ellas y lo que realmente son. El trabajo es tuyo, no de ellos, la relación con estas personas hay que trabajarlas dentro de ti mism@.
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