© "La muerte lúcida" de Nicoletta Tomas
© «La muerte lúcida» de Nicoletta Tomas

En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

San Juan de la Cruz

Los pajaritos aún no se despiertan en Barcelona y a mí me ha dado por compartirles algunas respuestas a mis más íntimas preguntas existenciales. ¿Realmente estamos conectados los humanos, los unos con los otros? ¿Cuál es el “sentido” de estar aquí en esta vida y en este cuerpo? Hoy vengo a tratar de describirles mis saberes con palabras, dejando en claro que al nombrarlos (hacer una abstracción y tratar de controlar), éstos pasan de ser informes (sin forma) a ser conocimientos relativos. Las palabras causan eso cuando intentan tamizar la existencia a través de nuestra interpretación. Para mí las verdades absolutas que nos fundan son indescriptibles y indeterminables. Sirva este escrito para motivar en ustedes lo que permitan regalarse aquí y ahora, quizás un nuevo “viaje” o la visión de una puerta abriéndose. Ojalá. Este es, sin duda, el post más íntimo (/e’so:teros/) de toda mi vida.
Nacemos porque pedimos nacer, todo lo que vivimos lo hemos pedido antes. Nacemos porque elegimos que es menester darle forma (cuerpo y mente) a una necesidad nuestra, más bien a muchas necesidades o historias. Pero ¿quién es que “necesita” y “pide”? ¿Quién “demanda” que se den los hechos que anteceden a nuestro nacimiento para que terminemos aquí? Aquello que “necesita” [porque no encuentro una palabra más adecuada], no es una persona física ni varias. Eso que pide y demanda es una especie de Gran Pulso Energético, una Conexión y a la vez es un “lugar” informe donde está “depositada” la sabiduría (el “conocimiento silencioso” diría Mariá Corbí) de la Humanidad o más bien de Todo lo que existe. Yo le he puesto un nombre El Gran Banco, pero ya ha tenido muchos nombres antes y los tendrá después.
Antes de nacer no somos personas individuales, al morir dejamos de serlo también. Tampoco somos almas ni espíritus “flotantes”, sino Energía inteligente (en ausencia de materia). En el Gran Banco yacen conectados en forma de energía también los saberes de Todo lo que existe en las diferentes realidades. Al existir, la información de aquello que existiendo aprende más a existir de forma interconectada se suma al Gran Banco y está disponible para Todo lo que existe en forma de flujo energético, de pulsos de “información” o más bien de pulsos de empatía, de “encuentro con”. La historia de la Humanidad en el plano de las diferentes realidades está íntimamente ligada al devenir de El Gran Banco. Estamos aquí para ser no “vehículo de” o “vehículos para” sino “vehículos con”. Estamos aquí para un existir de forma más armónica con Todo lo que existe y sentirnos conectados como efectivamente lo estamos. Para testificar la Verdad pura, para re-conocer y no para conocer la presencia (sin forma) de las realidades.
Nuestra vida material, es decir la vida que vivimos a través de este cuerpo físico en este plano de una realidad concreta, está relacionada con algo más grande que trasciende a nuestra existencia como personas físicas. Estamos para estar sin mayor intermediación, para estar desinteresadamente. La sola capacidad de nuestros sentidos y de nuestra mente no puede aprehender esas realidades, porque éstas se escapan de nuestra necesidad de controlarlas. Sin embargo, sólo a través de nuestra percepción y sentir podemos abrir y cruzar la puerta que nos lleva al re-conocimiento. Eso de lo que hablo no es susceptible completamente al acto de la mediación (al papel de los intermediarios). Se trata de testificar a las realidades para que éstas demuestren la existencia de nosotros y viceversa, sin que tenga que ocurrir más nada. Esa es la Conexión.
El conocimiento de El Gran Banco cuando se “aterriza” en forma de un conocimiento más fácil de digerir (como el que leemos en los textos sagrados o intuimos al apreciar una obra de arte ) sirven como orientación para que podamos percibir las realidades y re-conocerlas. No me gusta nombrar este proceso como “buscarle el sentido a la vida” porque pareciera que nosotros tenemos que hacer algo específico para encontrarlo y es en el No_hacer, en la renuncia a intervenir lo que Es de manera descarada donde surge la conexión con El Gran Banco, con las realidades y con el resto de los seres humanos. Nuestro destino es, como dice bellamente Ignacio Larrañaga: “ser peregrinos de lo Absoluto”.

Feliz lunes y buena semana,
Nadir Chacín
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«Somos pozos infinitos que infinitos finitos nunca podrán llenar. Somos peregrinos de Lo Absoluto. Sólo un infinito puede llenar un pozo infinito.» Ignacio Larrañaga

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3 comentarios

  1. […] conocimientos de «el gran banco» colectivo, atemporal y abundante, los del pasado, del presente y del futuro, circulan por mis […]

  2. […] hermoso es este mundo, con todas sus cosas, su gente, sus seres, sus realidades dispares en proceso de aprendizaje, de retroalimentación. Toda esta belleza sublime, consciente, indescriptible con palabras, está […]

  3. […] esa la dulce cadena de la vida interdependiente. Es el palpitar cíclico de creación y destrucción, que le permite a Lo Incondicionado expresarse en el mundo de Lo […]

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