patria

La Patria es cultura de guerra. No hay nada más aberrante que la expresión y el sentimiento «Patria o muerte». ¿Por qué? Porque la Patria es la muerte. Hoy vengo a hablarte de cómo funciona la Patria y también de la esperanza que es la Matria naciendo.

patria
¿Qué necesita un ser para que su vida se llame vida humana, para poder decir que está de verdad -viviendo?
 
¿Un ser en sobrevivencia eterna, en agonía cotidiana y con cansancio crónico, es un ser que está de verdad -vivo?
 
¿Estar todo el día resolviendo asuntos básicos de la sobrevivencia es -vivir?
 
¿En qué momento dejamos de pensar que la permanencia en este mundo tenía que tener unas condiciones mínimas que justificaran seguir aquí?
 
¿En qué momento decidimos quitárselas a lxs demás para intentar tenerlas nosotrxs? ¿Por qué seguimos haciéndolo?

La Patria es cultura de guerra

Aún sigue el bicho T0V7D en mi cuerpo. Estoy mejor, pero aún no se ha ido.
 
Anoche mientras subía de nuevo la fiebre me he puesto a pensar en el mundo que construimos y en su transformación. He pensado en esa lógica furiosa de Patria, que más que una lógica es un delirio.
 
La Patria no es orgánica, es una máquina que se va tragando lo que encuentre a su paso. Mientras haya Patria no habrá vida digna ni sentido de vida para nadie, ni siquiera para quienes creen erróneamente que ya los tienen.
 
¿Por qué? Porque es precisamente el despojo del sentido de vida el que construye Patria y lo hace a través de dos mecanismos maquiavélicos que hemos creado y permitido entre todxs:
 
  1. Te obliga a la sobrevivencia eterna y a la enajenación que ésta produce,
  2. Te engaña a través de una sustitución, en la que el sentido de la vida se ha sustituido por la acumulación de recursos y el estatus relacionado con ella. Como si fuera posible darle sentido a la vida acumulando recursos o prestigio.

La Matria germinando

Seguro estarás pensando pero qué hace esta pobre chica en pleno T0V7D y con fiebre pensando estas cosas. Así funciona la mente humana a veces y qué alivio que así sea.
 
Es justo ese aspecto de la mente, el reflexivo profundo, el que no se conforma con migajas normativas, el que cuestiona la violencia del estatus quo y quiere su cambio, el que tiene aspiraciones nobles, el que hará que finalmente germine Matria.
 
Ya están las semillas de Matria en proceso. No veo con los ojos su proceso de germinación, pero sé que allí están creciendo bajo tierra. Es lo que pasa en todo huerto.
 
Si regamos el huerto de Matria habrá árboles reales de los sí dan frutos para todos los seres sin distinciones.
 
No te resignes. Eso nunca.
Quita las malas yerbas, descansa cuando lo necesites y sigue regando el huerto.
 
Hasta que este cuerpo se apague,
Nadir Chacín

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Continuará

Construir Matria también va de sacudirse la indefensión aprendida.

Quizás te interese reflexionar más en compañía de este libro: «Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva de la humanidad» de Rutger Bregman.

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2 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con Gila. Gracias, Alfredo.
    No hay nada oportuno para revisar el concepto de Patria que analizar lo que los políticos de todos los tiempos llaman Patria.
    Especialmente de aquellos políticos que envían a otras personas a morir en nombre de sus ideales.
    La guerra está relacionada claramente con la noción de Patria y la de Nación.
    No se podrá eliminar la guerra de la faz de la tierra sin hacer un replanteamiento a fondo del concepto de Nación.

  2. Ya lo decia Gila, el humorista español, en su libro «Encuentros del más allá» donde ironiza en el contexto de la dictadura de Franco.

    «Una nación es un país al que los militares llaman Patria»

    La dedicatoria de ese libro, recomendadísimo por cierto, también hace pensar:

    «A todos los que perdieron la vida, incitados por un loco ambicioso y fanático, que sólo soñaba con colgarse condecoraciones y que intentaba convencerles con la falsa idea de que con el poder y las armas se puede defender lo indefendible.

    A los que pasaron sus años jóvenes en una prisión engañados por sus líderes que con el argumento de la lucha por una causa los enviaban a hacer lo que ellos, por cobardía, no se atrevían a llevar a cabo.

    A aquellos amigos o enemigos que se fueron, incluidos los indiferentes, convencidos de que algo nos dejaron alos que nos quedamos, a los que no han tenido nada que ver con nuestra vida, pero sin querer han sido parte de nuestra historia, a los admirados y a los que ni fu ni fa.

    Con esta dedicatoria intento recordar que la vida sólo resulta útil cuando aporta algo positivo para los que quedamos y para los que irán viviendo cuando nosotros nos vayamos. Estoy convencido de que los que se van siguen estando, porque han dejado en nuestra memoria su imagen, sus experiencias, sus sufrimientos, sus alegrías, su olor y sus palabras.

    Para todos ellos, este Encuentros en el Más Allá.»

    ~ Miguel Gila

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