Curiosa la necesidad ambigua de controlar y al mismo tiempo delegar. No creo que eso sea posible, en serio. :)
O controlas o delegas.
Cuando dejas «algo» que te importa en manos de otra persona para que te apoye también te toca flexibilizar la forma en que ese «algo» será hecho. ¿Qué no?
Aprender a delegar es todo un arte. Neta.
Nadir Chacín