Hoy vengo a hablarles sobre mis prioridades, las cosas que no quiero seguir haciendo a partir de mis 47 años. A menudo es más fácil saber lo que NO queremos que saber lo que SÍ queremos. Te invito a hacer tu propia lista.

prioridades

Justo unos días antes de mi cumpleaños (21 de septiembre), el escritor Francesc Miralles publicó el post titulado “5 cosas que no quiero hacer a partir de los 50 años” en su blog. Prometí en mi último post de la sección “Ojos para ver” que haría mi propia lista de las cosas que no quiero hacer de ahora en adelante. Lo prometido es deuda. Hela aquí.

1. MALGASTAR.

Malgastar dinero. Tiempo. Energía. Comida. Emociones. Productos. Palabras. Pensamientos. Explicaciones. Malgastar el aliento y la saliva en conversaciones sobre sandeces o retorcidas o mentiras o chismes de cualquier índole. No estar atenta al uso y abuso de los recursos renovables y no renovables. Usar torpemente la amistad o el amor.

Invertir un recurso valioso en cosas inútiles, malas, agrias, poco prácticas o torpes es malgastar. También es desperdiciar. Es asignar la responsabilidad sobre tu propio vivir a otras personas-excusas. Y estarás de acuerdo: la vida es demasiado efímera como para malgastarla así.

Esto del malgastar me recuerda un precepto budista sobre el habla consciente. Dice: “con comunicación veraz purifico mi habla”. No sólo se trata de no decir mentiras, sino que nos invita a utilizar palabras amables, afables, útiles y armoniosas. Cuando hablamos sin prestar atención nos producimos sufrimiento a nosotros mismos y a los demás.

Mi intención es estar más consciente de cómo invierto mi tiempo, energía y demás aspectos del vivir de forma cotidiana.

2. TRABAJAR DURANTE MIS TIEMPOS DE OCIO.

Hace muchos años que vengo cambiando mi forma de trabajar, pero aún no es suficiente. A veces en los días más ocupados se me olvida que el ocio debe ser impostergable. Si no tengo espacio, tiempo y dinero para una buena dosis de ocio mi vida se “contrae” y me pongo de mal humor. Y también pierdo el sentido que le doy a la vida. Sin ocio me desconecto de mí misma, de mis necesidades fundamentales.

Así que estoy poniendo los tiempos de ocio en mi agenda en color rojo. Es una forma de darles relevancia y no olvidarme de disfrutar de las cosas que me apasionan: cine, arte, charlas, cursos, picnics, el mar, visitas culturales guiadas por la ciudad, sexo y un sinfín de cosas más.

Cuando nos acercamos a las cosas que nos dan placer equilibramos la balanza vital. Hay miles de cosas que hacemos porque tenemos que hacerlas. Entonces viene bien dar espacio a las cosas que hacemos porque nos encanta hacerlas y nos dan placer.

Mi intención es ampliar mis fuentes de placer y servirme de ellas para regocijarme de este regalo que es estar aún viva.

3. POSTERGAR MIS PRIORIDADES.

Las prioridades van cambiando todo el tiempo. Sin embargo, no somos muy conscientes de ello. Quiero ponerme por principio la tarea de revisar mis prioridades al menos una vez al mes y ese día tomarme una mañana libre para meditar sobre ello.

Preguntarme: ¿Sigo por este camino en esta área de mi vida? ¿Cambio de camino? ¿Qué paso es el siguiente que daré y por qué? ¿Hay algo que quiera cambiar? ¿Algo nuevo que añadir?

Quizás he dejado de tener como prioridad algo y no me he dado cuenta. Pienso que esas lagunas mentales hacen más difícil que uno logre objetivos a corto plazo. Las cosas se van juntando y luego es difícil decidir e invertir la energía en las tareas centrales del objetivo que te has trazado.

Para no seguir postergando las prioridades es necesario conocerlas bien. Entonces no quiero seguir medio «ciega». Haré un esfuerzo porque ese material inconsciente que guía nuestros impulsos vitales pase a nivel consciente. Analizar dicho material, compararlo con las prioridades que ya tengo y tomar decisiones informadas y más equilibradas sobre los pasos siguientes. (La terapia psicológica viene muy bien para hacer esto. Te la recomiendo.)

Mi intención es tomar el camino del medio entre “insistir” o “dejar ir” “cosas”, sin atropellarme y sin abandonarme mientras avanzo hacia mis objetivos personales.

4. DEJAR DE VIAJAR POR AHORRAR DINERO.

Mi último viaje fue hace 7 meses más o menos, una estadía relámpago de 11 días en Ciudad de México. Siempre que me dan muchas ganas de viajar encuentro excusas generalmente vinculadas con el dinero. No quiero seguir haciéndolo más. Y seré tajante en esto.

Viajar nos permite estar en contacto con otras culturas y maneras de interpretar la realidad. Te abre la tapa de los sesos de manera radical. El racismo y todas las estupideces del nacionalismo se curan viajando. Esa es la razón por la que considero que viajar es un “alimento” de “la cesta básica” de la vida.

A veces pensamos que viajar es un lujo o una necesidad prescindible. Pero si pensamos en que viajar en un ejercicio de exponernos a la diversidad se convierte en una necesidad prioritaria, como es el respirar.

Sin curiosidad y sin cosas nuevas que aprender nos marchitamos. Viajar abre la mente y esto puede ayudar a que el mundo sea un lugar más habitable para todos los seres.

Viajar más y mejor es además un ejercicio político. Si viajamos de manera reflexiva (no como turistas atontados y enajenados) y con la intención puesta en qué podemos aprender durante el viaje que nos haga seres humanos más amables estaremos contribuyendo al bien común.

Mi intención es viajar más seguido. No seguir postergando mis viajes por no gastar dinero. Viajar es una buena inversión.

5. TENER LÍMITES CONFUSOS EN LAS RELACIONES.

A veces la gente le llama «descaro» al hecho amorosísimo de que tengamos y respetemos nuestros propios límites en las relaciones interpersonales.

Aunque hace años que vengo haciendo la revolución personal, ahora estoy por la labor de ponerme aún más consciente en el tema relaciones. Ser clara y firme en qué quiero y qué no quiero que suceda en mis relaciones con los demás.

Quiero tomarme el tiempo que necesite para responder mensajes, preguntas y demandas de los demás. Sin ningún apuro. Invertiré más energía en desarrollar una resistencia de teflón al castigo psicológico de la gente que se enoja o incomoda porque no me dejo tratar como a ellos les dé la gana.

De ahora en adelante: tolerancia cero con los comportamientos abusivos de otras personas, sean quienes sean. Los hagan consciente o inconscientemente, da igual. Haré acuerdos cada vez más sanos, equilibrados e igualitarios con los demás.

Mi intención es encontrar a las personas adecuadas con quienes construir relaciones conscientes, amorosas y sanas. Dedicar mi tiempo y energía a quienes sí quieran/puedan relacionarse conmigo de una manera respetuosa y amorosa.

Nadir Chacín
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1 comentario

  1. […] sería menester preguntarnos sobre los propios entendimientos tan diversos como personas […]

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