| Reflexión para este fin de semana |
«Negamos la responsabilidad de nuestros actos cuando atribuimos su causa a:
1. Fuerzas difusas e impersonales: «Limpié mi habitación porque tenía que hacerlo».
2. Nuestro estado de salud, un diagnóstico o nuestra historia personal o psicológica: «Bebo porque soy alcohólico».
3. Lo que hacen los demás: «Le pegué a mi hijo porque cruzó la calle corriendo».
4. Órdenes de la autoridad: «Mentí al cliente porque mi jefe me dijo que lo hiciera».
5. Presiones de grupo: «Empecé a fumar porque todos mis amigos lo hacían».
6. Políticas, normas y reglas institucionales: «Tengo que expulsarte por esta infracción porque es la política de la escuela».
7. Los roles asignados según sexo, posición social o edad: «Me fastidia ir a trabajar, pero tengo que hacerlo porque soy marido y padre».
8. Impulsos irrefrenables: «Me superaron las ganas de comer bombones y me los comí».»
Tomado del libro «Comunicación no violenta. Un lenguaje para la vida» de Marshall B. Rosemberg, GAE, 2013, p. 33.
Namasté, mi gente
Nadir Chacín
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