invocación

Esta invocación es para estos días de cuarentena y confinamiento. También para acompañarme durante los 7 días de retiro espiritual que haré en mi casa desde hoy. Ojalá decidas meditar, rezar o realizar cualquier otra práctica espiritual por y para el beneficio de todos los seres.

Desde que inicié este blog hace ya más de 10 años siempre he procurado mantener a raya mi lado más espiritual y esotérico.

Me he enfocado en trasmitir lo que pienso desde un discurso cercano a la antropología, la psicología y la filosofía. Tres de mis mejores amantes.

Ahora, luego de unos días de confinamiento por la epidemia de Covid-19, he decido hacer todo lo contrario. Me refugiaré en la intuición y en el llamado que siento de esa lado mío que pocas veces muestro: el meramente espiritual.

Desde mi adolescencia escribo invocaciones cuando las cosas de la vida (las condiciones de vida como yo les digo) no están en sintonía con la vida en sí misma y se produce un quiebre.

Cuando escribo invocaciones lo que hago es que me las aprendo de memoria. Las recito de manera muy consciente frente al altar que tengo en casa. Recito las invocaciones cuando noto que me estoy poniendo triste, ansiosa o asustada en un momento determinado y también una vez al día en una hora precisa siempre a la misma hora.

El siguiente texto es y será mi invocación para esta etapa de coronavirus. La comparto contigo por si te sirve de ayuda.

Invocando

Inicio de la invocación

Entro al bosque interior.

Sin miedo camino sobre las raíces profundas. Salto por las copas de los árboles llenos de vida.

Hojas chispeadas por el rocío me reciben como elíxires sensoriales. Son promesas, bienvenidas, certezas. Millones de ramas se doblan por el peso de sus frutas al verme pasar.

Los alimentos están al alcance de mis manos.

La mente lúcida, amable y estratégica acompaña mi travesía, dice que se han caído los velos de la duda y se divisa el horizonte.

Camina, camina, camina.

Los conocimientos de «el gran banco» colectivo, atemporal y abundante, los del pasado, del presente y del futuro, circulan por mis venas, células, órganos, por mis genes receptivos.

La información se convierte en conocimiento y el conocimiento en sabiduría, porque no es lo mismo creer que saber. Y yo sé y estoy lista.

Veo nítida la luz al final del túnel que han hecho las ramas, escucho los cánticos que vienen del otro lado, están surgiendo ahora emociones luminosas de entre las sombras alumbrando la ruta.

Mis pies también saben la ruta a casa.
Estoy lista.

Fin de la invocación

Guías y aliados

Hace años que soy un bicho sincrético, aunque me reconozco a mí misma como budista. En los periodos de crisis, de cualquier tipo, me da por prenderle velas y hacer postraciones frente a estas guías y a lo que sus arquetipos significan para mí.

Son Buddha Akshobya, Ganesha, San Miguel Ancángel y la Virgen de Guadalupe.

Ante ellos y ella me postro:

invocación

Con acciones de amor y bondad purifico mi cuerpo. Con generosidad sin límites, purifico mi cuerpo. Con serenidad, sencillez y contento purifico mi cuerpo. Con comunicación veraz purifico mi habla. Con conciencia clara y lúcida purifico mi mente.

Recuperando la intuición

¿Qué es la intuición? ¿Para qué nos sirve? ¿Cómo podemos cultivarla en nuestras vidas?

He elegido de los diferentes episodios de mi podcast «Ser siendo con Nadir Chacín» uno que especialmente ahora puede serte muy útil y tiene tres partes.

Es una exploración sobre la intuición basada en el cuento «Vasalisa la Sabia» del libro «Mujeres que corren con los lobos» de Clarissa Pinkola Estés y tiene tres partes.

La primera parte es solamente la lectura del cuento.

La segunda y tercera parte son la interpretación de los diferentes símbolos y personajes del cuento, más una explicación sobre cómo aplicar estas enseñanzas a nuestra vida cotidiana.

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