A mi hermana Indra que es como la ardilla
El Dios Indra estaba viajando y llegó a la orilla de un gran río, era tan ancho que apenas se podía ver la otra orilla. En el borde del agua estaba una ardilla que se comportaba de una manera bastante extraña: sumergía su enorme y tupida cola en el agua después la levantaba y rociaba con ella la tierra seca. Indra, el soberano Rey de los Dioses, intrigado, le preguntó a la ardilla «¿Qué estás haciendo?» y la ardilla contestó alegremente «Vacío el agua del río para regar la tierra seca». Indra se quedó boquiabierto por la magnitud de la ambición de la ardilla y le dijo: «Insensata criatura, ¿piensas de verdad que puedes llevar a cabo tal tarea? La ardilla lo miró sin inmutarse, como si nada pasara, y le respondió «Claro que sí, sólo es cuestión de tiempo».
Ardilla, ¡you rocks!
Parafraseo de un cuento de los Jataka que aparece en el libro «Budismo. Introducción a la filosofía, la meditación y la práctica budista» de Urgyen Sangharákshita