ansiedad y depresión

La salud mental en este mundo frenético y globalizado es difícil de mantener. Por eso 300 millones de personas en el mundo tienen depresión y ansiedad. Quizás tú eres une de elles. Sin embargo, ¿estás condenade a sufrir por tener un trastorno mental? Yo creo que no. Sé, por experiencia, que se puede salir y entrar de estos estados sin arruinar tu autoestima. Hoy vengo a explicarte cómo lo he hecho.

salud mental

Hay muchas cosas de la vida que están sobrevaloradas: el intelecto es una. Recuerdo cuánto sufrí hace unos años porque la ansiedad y la depresión habían reducido mis capacidades cognitivas al mega subsuelo.

No podía ni leer una línea de texto, no la entendía. Ahora me parece absurdo haber sufrido tanto por estar en esa situación.

Para estar bien contigo misme no necesitas tener un coeficiente intelectual alto ni una memoria de elefante. No importa si estás ahora en tu fase «tonte del culo» o si te despistas a menudo y no sabes qué diantres están buscando en la nevera. (Yo una vez encontré allí mis lentes. Risas.)

Resignifica tus procesos de Crecimiento Personal. En vez de mirarlos como obstáculos, míralos como búsquedas para el bien-estar.

Todo lo que estás haciendo ahora son búsquedas activas y en movimiento. A menudo buscas y encuentras. Otras veces, buscas y no encuentras. A veces ni buscas: lo cual es un modo diferente de buscar.

Avergonzarse por no tener salud mental ahora es como intentar apurar a un río que fluye. No se puede hacer al menos que irrespetes el ritmo del río e interfieras en su cauce natural.

Aunque tener ansiedad y depresión es perjudicial para la salud en general, no es algo que tenga que minar tu autoestima.

Los trastornos mentales te «secuestran»

Crean mundos ficcionados que no son reales. Sanarte es como elegir la pastilla que se tomó Neo en la película «Matrix»: verás la realidad y no la ficción que te cuentas sobre las cosas que te pasan.

La ansiedad y la depresión crean mundos irracionales y emocionalmente perturbados. Las personas vamos «alimentando» esos estados mentales torpes y reforzándolos.

Pero reales NO son. Son como películas malas y deprimentes a las que nos hemos vuelto adictes. Pocas cosas de la vida son terribles. Ese es mi mantra para la sanación. Hazlo tuyo.

Cuando estés «terribilizando» alguna situación cuestiona tu percepción y recuerda que estos trastornos mentales crean mundos ficcionados en tu cabeza.

Pregúntate: ¿cómo puede ser que todo en mi vida sea malo? ¿Es eso verdad? ¿Es algo sospechoso? ¿Qué tan cierto es? ¿Qué aspectos ventajosos tiene mi situación? ¿Cómo puedo lograr que los aspectos desventajosos se reduzcan o sean más llevaderos?

Medicar o no medicar

Creo que cuando estás muy mal (te sientes morir) viene bien medicarse y no sólo hacer terapia psicológica. Combina las cosas que te puedan ayudar. También revisa bien lo que comes, con quien hablas tus cosas, qué haces y cómo lo haces.

El empujón del fármaco y una buena terapia psicológica te pueden ayudar a darte cuenta de los mundos ficcionados que has estado creando. Y después, ya con más calmita (aunque al inicio sea una calma inducida por el fármaco), podrás ir dejando la medicación.

Necesitas el apoyo incondicional de tu psiquiatra, del terapeuta y de los médicos en general. Por supuesto de tu familia y tus amiges más cercanos. No te empeñes en recibir ayuda siempre de la misma fuente. Diversifica las fuentes de ayudas.

No pongas todos los huevos en la misma canasta

Reparte la tarea de acompañarte entre varias personas y en tareas más pequeñas. Intenta tener una red de apoyo durante el proceso entero. Puedes «desmenuzar» la lista que verás abajo (más que una lista debería ser un dibujo de un círculo con flechas que representen un proceso en constante cambio y cíclico).

Puedes crear eventos más pequeños y manejables para que no te agobies. Piensa en quién puede acompañarte en cada micro-proceso y propónselo amablemente si no te lo ha ofrecido ya.

Aprende a recibir ayuda.

Las personas que también tienen depresión y ansiedad pueden ser un apoyo invaluable para ti: hacer intercambios de ayudas, proponerse metas comunes, acompañarse mutuamente al médico, etc.

Conviene vigilar que los encuentros con las personas de tu red de apoyo no se conviertan en horas interminables de quejas. Fijen 10 o 15 minutos para quejarse intencionalmente con la negatividad más grande que puedan y siguiente paso «a otra cosa, mariposa».

Encuentra a quien esté dispueste a reírse contigo, no de ti.

Tu red de apoyo ideal es algo parecido a:

  1. Noto que algo me pasa. ¿A quién puedo llamar?
  2. Voy al médico. ¿Quién puede ir conmigo?
  3. Recibo un diagnóstico. ¿Quién puede estar conmigo para recibir la noticia?
  4. Me dan tratamiento. ¿Quién puede ayudarme a tomar bien la medicación… no olvidarme de tomarla, etc? ¿Quién puede ir por mí a la salida del terapeuta los días en que me sienta peor y no pueda/quiera regresar sole a casa?
  5. Incorporo más cosas que me hagan bien y las practico. ¿De quién puedo aprender cosas nuevas? ¿Quién podría practicarlas conmigo?
  6. Voy recuperándome poco a poco y celebro los pasos afortunados que doy. ¿Quién puede ir conmigo a celebrar mis logros?
  7. Aprendo más estrategias para mantener la tranquilidad y las practico. ¿Puedo meditar cada mañana? ¿Mis compis de piso querrían hacerlo conmigo?
  8. Alguna que otra vez… zas y trastabilleo. Un resbalón, no es una recaída. ¿A quién puedo llamar? (Asegúrate de que sea una persona amable y respetuosa.)
  9. Noto que algo me pasa (de nuevo). ¿A quién puedo llamar?
  10. Logro tranquilizarme a mí misme y no reaccionar. ¿Quién puede ir conmigo a celebrar (de nuevo) mis logros en la recuperación?

Aprender a meditar ha sido un regalo hermoso que me he dado a mí misma. Inténtalo. Sirve para invocar estados mentales y emocionales más hábiles, para practicarlos y mantenerlos.

Visualízate a ti misme en un estado de alegría y tranquilidad. Aunque al principio te parezca ridículo hacerlo, las visualizaciones son una herramienta poderosa.

Todas las cosas cambian

La salud mental es un proceso, no es una meta. Recuerda eso cuando te sientas muy mal. Ten paciencia contigo misme. Las cosas cambian todo el tiempo. La depresión y la ansiedad también.

No tener qué comer, eso sí es terrible. Quizás el pasar tanto tiempo intentando satisfacer mis necesidades más básicas aquí en Europa me ha dado una perspectiva diferente sobre mi salud mental. O tal vez sea mi práctica budista. No lo sé bien. Todo ha sumado.

Tú también puedes cambiar ahora de perspectiva. Ya lo has hecho otras veces en tu vida. No lo olvides.

Salud mental = ser + amable con «las visitas»

La ansiedad y la depresión siguen en mi vida, me visitan cada tanto. Cada vez mis ganas de deshacerme de ellas duran menos. Ya no peleo con lo que me pasa.

He aprendido que ante la adversidad (real o imaginada) he de respirar profundo y notar mis sensaciones corporales. Eso activa un estado consciente en el que soy capaz de decirme: «A ver, querida Drama Queen Interior, lo que ha pasado no es tan grave».

Relativizar los daños y los peligros me calma. En consecuencia, la ansiedad y la depresión duran menos tiempo. Y los mundos ficcionados comienzan a desvanecerse solos.

Nada es TAN TERRIBLE mientras sigas con vida

Si puedes respirar ahora tu vida está mejorando, no empeorando. Si además de poder respirar tienes comida, ropa y techo, aleluya.

Mi prioridad #1 es la tranquilidad. No ser perfecta, ni siquiera ser feliz. Mi prioridad #2 es compartir más y mejor con la gente que quiero y me nutre.

La salud mental se construye «saneando» la salud relacional: el cómo te relaciones contigo y con los demás. Trabaja también eso en tu vida con la ayuda del terapeuta. Otra opción es asistir a talleres para aprender a amar de una forma más sana.

Aunque ahora no tengas mucha motivación, no te olvides de disfrutar tu vida. Intenta cultivar más fuentes de placer. Mis favoritas son leer, escribir y ver cine.

Hacer un voluntariado es un placer. Hace que te obsesiones menos con «tus problemas». A mí me da paz compartir lo que he aprendido con otras personas.

La «imperfección perfecta» de la salud mental

Estoy muy lejos de ser una persona perfecta. Pero eso ya no me preocupa. Cada vez me parece más absurdo e inútil sufrir porque cometo errores o por no ser ahora como me gustaría ser.

No hay que sufrir por ser un ser humano. Los humanos vamos haciendo lo que podemos con lo que conocemos y ya está.

Entonces intento ocuparme más de aprender a estar en paz con mis acciones (pensamientos, emociones, comportamientos y sensaciones), de aprender más herramientas de Crecimiento Personal y ser lo más fiel que pueda a mi ética personal: no dañarme a mí misma y no dañar a los demás seres.

Primero yo misma y luego los demás.

Para lograrlo no hace falta ser intelectual, ni con muchos conocimientos, ni bella, ni rica, ni flaca, ni liberarse de la celulitis, ni nada de eso. Ni siquiera hace falta ser «saludable» en términos médicos ni psicológicos.

Basta con tener una ética personal que te reconforte. Basta con ser profundamente amable contigo en tu proceso de aprendizaje. Renuncia a la auto-tortura en todas sus formas. Rodéate de gente a quien amar y que te ame tal y como eres ahora. Eso es todo lo que necesitas.

Nadir Chacín
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3 comentarios

  1. […] la pasión, para mi total sorpresa. Antes pensaba que era una apasionada y lo que tenía era una ansiedad del copón, vaya que tenía materia prima sufridora hasta para […]

  2. Gracias, Ricardo. Así es la aceptación es importantísima. Me da gusto que estés mejor y que seas alguien que medita y todo eso. Gracias por compartir aquí en mi blog un poco de tu experiencia. Abrazos desde Barcelona – Nadir

  3. manifestacionmistica

    Excelentes soluciones Nadir, muy prácticas y sencillas de seguir.

    Como alguien que sufrio de depresión y ansiedad, te confirmo que efectivamente uno se crea mundos ficticios que nada tienen que ver con la realidad.

    Fui a medicos y psiquiatras, pero aún asi no parecia ayudarme en mucho. Lo único que me resolvió dicha situación fue el comenzar a mirar hacia dentro, buscar un terapeuta holistico y comenzar a trabajar en todo aquello que detonaba la ansiedad.

    Con el tiempo, la práctica de meditación y la aceptación, la ansiedad y depresión fueron disolviendose gradualmente.

    Aveces solo aceptarlo de corazón, suele ser un excelente curador de todos nuestros males mentales, emocionales y fisicos.

    Saludos :)

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